Estos políticos que se saltan la Ley deben dejar de ser, de forma inmediata, representantes de una institución como el Parlamento autonómico catalán. Debe exigirse la celebración de nuevas elecciones y convendría evaluar la posibilidad de ilegalizar aquellos partidos que se aprovechan del marco constitucional para existir, pero que no cumplen con la Constitución que los ampara.
Nuestro marco jurídico y constitucional ha de poner en su sitio a todos estos déspotas una vez los hechos han quedado consumados. Ya no hay tiempo que perder ni excusa que poner, viéndose que la ruptura con la legalidad ya no es una posibilidad a futuro sino que ha quedado registrada.
A partir de este incalificable momento cada minuto que pasa, sin que se aplique el peso de la Ley sin contemplaciones y recordando que se están contraviniendo los artículos cabecera de nuestra Carta Magna, es oxígeno para estos bananeros y no se les puede permitir mantenerse en la gloria de su éxtasis tercermundista.
Señores del Gobierno, España es un país serio, una nación histórica con gran reconocimiento y relaciones internacionales que nos ponen en el vagón preferente dentro del contexto mundial. No podemos admitir que un grupo de extremistas radicales impongan su criterio de modo impune a toda la sociedad. Y, desde luego, no podemos excusar a unos parlamentarios por estar condicionados por otros.
Todos los que apoyaron ayer el fraude a la legalidad, los 72, son unos rebeldes que han dado un Golpe de Estado y a los que debe aplicarse el peso de la Ley, sin contemplaciones ni esperas. Todos los que rompieron la credibilidad institucional y dejaron de lado nuestra Constitución deben de darse cuenta que el Estado tiene una respuesta seria y contundente ante el esperpéntico e inigualable espectáculo que nos tocó vivir ayer a los españoles, seamos catalanes o no. Todos han de asumir los costes derivados de su desobediencia chulesca, de la que hacen gala con orgullo, poniéndose freno a su febril ímpetu aplicando medidas urgentes y proporcionales al agravio generado.
Amigos, la anterior generación ya frustró un golpe de Estado, ahora nos toca lidiar con este asunto a la siguiente generación, desde el primero al último de los españoles de bien.
Señores del Gobierno, ¡No esperemos más!
Javier Megino, vicepresidente Ejecutivo de Espanya i Catalans