Quiero poder ser quien soy sin etiquetas de ningún tipo.
Quiero poder defender mi tierra, sin despreciar la tierra de nadie pero sin que me tachen de nada.
Quiero poder exigir medidas a los poderosos para que nadie tenga que huir de su tierra, abandonar su hogar, su gente y su familia, pero poder protegerme al mismo tiempo de las llegadas masivas de almas desesperadas, dispuestas a trabajar de sol a sol, a cambio de limosna en lugar de sueldos y quiero poder denunciar el daño que estamos sufriendo quienes vemos recortados y pisoteados nuestros derechos y nuestra dignidad, por que quienes huyen desesperadamente del hambre están dispuestos a no tener vida, para poder comer.
Quiero poder decirlo sin que se me llamen racista, por tratar de explicar que toda África, Sudamérica, media Asia y el Este de Europa no cabe en España por más que algunos se empeñen. Quiero que se ayude al mundo, sin tener que renunciar a la dignidad y a los derechos que tanto llanto, sufrimiento y dolor costó conseguir a nuestros padres y abuelos, sin que me acusen de radical por ello.
Quiero poder ser amable y respetuoso con cualquier ser humano, sea cual sea su condición u orientación sexual y defender los derechos de todos como personas, ciudadanos e iguales y no en virtud de sus apetencias o filosofía de vida, sin tener que comulgar con las modas “progresistas” del todo vale y todo “mola”, excepto lo tradicional, lo clásico y lo biológicamente natural, satanizado ahora por quienes nos tachan de homófobos y retrógrados por no pensar como ellos.
Quiero poder ser catalán y defender España, su Constitución y su bandera sin que me llamen “facha” por hablar el idioma de mis ancestros, por no renegar de mi tierra y defender su cultura, sus costumbres, sus tradiciones, su historia de grandes gestas e ilustres nombres y que no por hacerlo se me llame “fascista”, ni tener que renunciar a ser catalán por ello.
Quiero poder hablar en libertad y que no se me señale con el dedo, ni se me acuse de extremista por defender lo que soy, lo que creo y siento. Quiero poder votar y tener opciones que me representen en todo ello y que no se trate de destruir mi voto, por no coincidir con lo que vota el otro.
Quiero habitar un país verdaderamente libre donde se pueda pueda pensar y aquello que se piensa se pueda decir, sin que te tachen de nada, ni te tachen de su lista de amigos, aquellos que como tales considerabas hasta que les molestaron las verdades que no son las suyas.
Quiero poder ser yo y poder defender España, sin tener que aguantar que nadie me crucifique una y otra vez por ello y poder defenderla a mi manera y sin que nadie me diga como debo de hacerlo.
Quiero poder ser tal y como yo quiero.
Albert Hidalgo