Corría el año 2009, durante la segunda legislatura del insuperable -pensábamos- Rodríguez Zapatero, y nos esperaba una sorpresa en formato “regalo” del Gobierno.
Para aminorar el consumo energético cada domicilio recibiría una bombilla de bajo consumo, a recoger en las oficinas de Correos. Cierto que quedaron poco después obsoletas, tras demostrar lo cuestionable de su teórica durabilidad y por la evolución tecnológica, pero fue el modo que eligieron para enseñar a los ingenuos españoles el camino de la sostenibilidad, acompañado del imprescindible membrete de “entrega gratuita”.
Ahora, en 2020, el nivel de ZP se ha visto superado con creces a la baja. El socialismo tropieza con la misma piedra, acabando por llegar a hacer bueno (es un decir) al inepto de las bombillas.
Además, el actual viene cogido de la mano de unos amigos que ponen los pelos de punta. Arcaicos comunistas e interesados separatistas han sabido aprovechar la debilidad del Gobierno de España para meter baza. Se ha aglutinado la flor y nata, coincidiendo con el momento en que debe hacerse frente al gran reto del Covid-19. Sin duda, el peor escenario posible para salir cuanto antes del bache.
En lo económico nos espera un drama, al ser poco creíbles y fructíferas las medidas aplicadas por los bomberos del Gobierno. Está en el aire la supervivencia de muchas empresas y empleos. Los datos de paro nos dejarán boquiabiertos y, por lo visto, esto tiene un largo y áspero recorrido. Nos están llevando a un callejón sin salida, con las hienas carroñeras podemitas al acecho, al dictarse políticas espejo del chavismo que el “saltacuarentenas” bendice desde la atalaya de su palacete.
Pero no perdamos la perspectiva de que estamos hablando de temas relacionados con la salud. ¿Qué condiciona el envío de kits a las familias con mascarillas, guantes y gel e, incluso, un kit de diagnóstico personal -de esos de 20€ y fiabilidad del 98%- para saber si estás o no contagiado? Se trataría de un gasto comprensible, más que el de las bombillas, intentando contener la epidemia y, con ello, evitar el colapso sanitario.
Generándose tantas dudas, con titubeos y flaquezas, no nos queda otra que confiar en la resistencia gracias al compromiso y profesionalidad de todos, exceptuando a estos gobernantes que ni dan la talla ni nos los merecemos los españoles.
Solo piensan en seguir cobrando dietas por manutención y desplazamiento (estando confinados), rematar a los pequeños empresarios y autónomos, que han debido pagar la última cuota sin disponer casi de ingresos y, entre risas y chulerías, dar comparecencias dejando por los suelos la imagen de España y de su Gobierno.
Javier Megino – Vicepresidente de Espanya i Catalans