Yo quizá siempre fui una persona poco acomplejada para decir lo que pienso, hasta ser a veces un poco desinhibido en las páginas de facebook. Pero para llegar a la libertad personal, hay que empezar que ser honesto con uno mismo e igual con los demás. Esto hace que a los separatistas y comunistas que hay en España mi persona no les sea agradable.

Pero pensando fríamente, ¿qué aportan a los separatistas y comunistas a la sociedad? Pues para ser altamente agresivo sin tener que usar la violencia hay que usar la verdad, decirles lo que son, lo que aportan a la sociedad. ¡Sí! La misma sociedad que ellos dicen querer mejorar y lo único cierto es que son unos envidiosos de los safemade-man.

Mi padre fue un trabajador considerado y reconocido económicamente en la empresa, a la vez que odiado y reprimido por algunos de sus compañeros que no alcanzaban la excelencia de su obra. De ahí aprendí que los trabajadores más mediocres y envidiosos en lugar de buscar la autorealización personal, les corroe la envidia tanto que intentan hacer “mooving” o se ponen violentos. Pero una de las pocas cosas buenas del capitalismo es que a los mediocres los castiga igual que el socialismo que castiga a casi a todos menos a las cúpulas de los partidos y sindicatos.

Hay dos tipos de personas en este mundo: los que cambian la sociedad y los que la quieren cambiar. Suena muy nietzscheano, pero es la verdad. Pregúntale a un socialista-comunista o a un separatista qué ha hecho en su vida y qué valor y transcendencia tiene. Y te das cuenta de que es completamente prescindible y olvidable, ladrando consignas de sus propagandas mientras refunfuñan odio. Y en eso se convierten, en un estorbo social.

Por eso los a separatistas como socialistas y comunistas no hay que verlos como personas sino como números y en especial estadísticos, pero da la casualidad de que tienen nombre propio. Hasta ellos mismos lo reconocen que no son más que un simple número estadístico… ¿Hay más separatistas? ¿hay menos? ¿cuántos hay? Eso les importa y lo triste es que los referendums no son más que concursos estadísticos democráticos en los que la gente no está informada mínimamente sino sólo se guía por sus emociones y no pueden plantearse las consecuencias firmemente.

¿Y esos separatistas socialistas y podemitas que sobresalen? Pues bueno, están porque son corruptos espabilados o megafrikis que se han hecho famosos en las redes sociales y no son un claro ejemplo ni como persona ni para modelo social.

Y el resto de separatistas sólo se miden por su capacidad de comprarse lazos, camisetas y esteladas mientran siguen al corrupto de turno el cual les promete que la independencia de Cataluña o el marxismo es la salvación celestial al igual que una secta.

Lo curioso es. que por aires egocéntricos tienen que repetirse sus ínfulas de superioridad sin poder entender sus limitaciones. Y el más claro ejemplo es la “superioridad moral” de la izquierda que no tiene nada de objetiva o la superioridad lingüística (por que científicamente la racial no pueden) del separatismo.

Los socialistas, podemitas y separatistas son números estadisticos. Eso han sido, son y serán siempre por mucho que intenten negarlo.

Víctor Milà