Evidentemente que la mayoría aplastante de los agentes de todos los Cuerpos Policiales en España es gente seria y que deja su vida privada e ideología en su casa y son auténticos profesionales.

Pero es bien sabido las aventuras y desventuras Albert Donaire que se dedica convertir la imagen de los Mossos de Esquadra en un circo politizado y lo que es peor “separatista” en el cual un ciudadano medio no puede tener ni respeto ni confianza.

Pero tampoco lo criticaré porque Donaire es una persona de dudosa salud mental que el Departamento de Asuntos Internos (DAI) de la Generalitat permite que ejerza con una arma reglamentaria.

También se corre el rumor de que Donaire está en el cuerpo de la policía autonómica de Cataluña por la militancia política de su padre, que es  ex-concejal de La Cellera (Gerona) por CiU.

Socialmente se considera que tiene el monopolio del ejercicio de la violencia amparado por el sistema legislativo. Pero es imposible que la ciudadanía encuentre respetuoso un cuerpo en el que hay gente del calibre de dicho personaje. Y me gustaría repetir que la mayoría de agentes son profesionales, pero ejemplos como Donaire y agentes que muestran abiertamente la casta política de la Generalitat genera rechazo a la población.

Pero que se puede esperar de un cuerpo, que dirigido policialmente por el vallisoletano José Luis Trapero Álvarez (alias Drapaire) y políticamente por golpistas, que se juntaban para celebrar comidas hawaianas en Cadaques y que puso a todo un cuerpo policial, de perfil, en el obligado cumplimiento de la legalidad vigente y en concreto de la resolución del TSJ catalán.

Además hay que pensar que el cuerpo de Mossos de Escuadra gastan 33.000 € por estar protegiendo al fugado Puigdemont en Bélgica mientras que Cataluña es un caos.

Antes de acabar, yo comente con un amigo, por qué el cuerpo de policía defendía el casoplón de Pablo Iglesias en Galapagar (Madrid) de que el pueblo le pueda dar Jarabe democrático. Y me comentó que siempre hay “manzanas podridas que anteponen afinidades políticas”, pero eso hace daño a la imagen de los cuerpos policiales y a la mayoría de agentes.

Porque ser policía, no sólo es un trabajo, sino una forma de vida.

Para acabar hemos de recordar que no todos los agentes de España cobran lo mismo, mientras Guardias Civiles son los que tienen los salarios más bajos y la Policía Nacional un poco por encima. Los Mossos de Escuadra y la Ertzaintza aparte, de recibir el salario público del Estado, también reciben un plus de los Gobiernos autonómicos desequilibrando el gremio, además de comprar voluntades políticas.

Por eso hay que seguir luchando por la igualdad salarial y que nuestros policías se pongan a nivel de los cuerpos europeos.

Víctor Milà