Después de los incontables fallecidos por la gestión del coronavirus, de la ruina económica que nos espera a los españoles, de la complicidad con el separatismo, de aplastar a impuestos a las clases productivas y de proteger a la okupación.
Ayer 12 de septiembre, la ciudadanía de bien ha dicho basta al peor presidente que hemos tenido en España: Pedro Sánchez y sus socios comunistas y separatistas.
Sabemos que Sánchez no quedrá dejar la poltrona y, lo que es peor, siempre habrá sectores sociales que lo apoyarán mientras perjudican al bien común. Esa gente que vive del clientelismo o simplemente vota al PSOE porque es el partido de toda la vida. Los mismos que exabruptan la palabra fascista a la mínima cuando la gente se rebela de estar perjudicada.
Pero ayer día 12, las manifestaciones que se convocaron ha dado la señal, tanto nacional como internacionalmente, de que el presidente socialista está obligado a dimitir.
Pero hablamos de una persona que puede tener algún trastorno de personalidad y, dicho abiertamente por médicos, que por su ego lo intente impedir. Eso hace que tengamos que seguir sin parar para que no tengamos a este parásito peligroso de presidente. Y hacer también responsables a los que a partir de ahora voten al PSOE.
Las manifestaciones que han habido son la demostración de que España está viva, pero que muy viva. Y como todos sabemos que no es por la bandera, que es un símbolo de representación, y no es sólo pro un territorio, sino que es el colectivo social que nos unimos para tener un bienestar social.
Se hacen llamar socialistas y son los más antisociales. Los podemitas viven como reyes, mientras que atacan a la jefatura del Estado, y los separatistas van de izquierdistas, cuando son de lo más burgués. Por Dios, España, despierta poco a poco, pero despierta contra esas losas sociales.
Los españoles valemos más que Pedro Sánchez y sus secuaces… Y por mucho que lo intenten no van a convertir nuestro país en Venezuela o Cuba.
Víctor Milà