Encuesta 37
Transcurridos unos días desde el momento en que se conoció la inhabilitación del que fuese presidente de la Generalitat de Cataluña, parece que se clarifica el futuro cercano y las consecuencias de dicha sentencia.
Pero, en base a los datos que recoge la encuesta de la semana pasada, tan solo el 7% de nuestros votantes confiaba en que se produciría un recambio en la cabecera de dicha institución autonómica, con el acatamiento del fallo judicial.
Tras el circo propio de los cada vez menos fanáticos dispuestos a demostrar al mundo la violencia del separatismo, parece que se consuma la decisión de apartar a la marioneta de Torra de un cargo que le venía muy grande y en el que se mantenía por su fanatismo. Sonando fuerte el nombre del reemplazo, la posible fecha para nueva cita electoral, así como el ruido de sables por las disputas internas del separatismo.
Toca, por tanto, esperar para conocer quien liderará el separatismo desde las instituciones, puesto que nada ha cambiado y la ley electoral vigente reiterará a éstos en el poder, aprovechándose del ventajismo que le otorga el viciado reparto de escaños.
La esperanza de un Gobierno para todos los catalanes, de la mano de una confluencia constitucionalista que aúne a todos los que están en contra de la paranoia secesionista parece más que improbable. Todos saben que es la solución y una necesidad, pero casi ninguno quiere dar su brazo a torcer, perdiendo lo que creen le corresponde o interesa. Desde fuera de la política parece que pesa más el interés de cada uno de los partidos políticos a los de la nación que nos une.
La respuesta ganadora esta semana planteaba lo que es corriente y ya nos tiene más que acostumbrados. Algo tan frecuente como es ver claudicar al Gobierno de España y aceptar lo que sea preciso para contentar a sus socios y amigos separatistas. Por eso un 58% de los votos apostaron por esa opción de permisividad en el trato con los golpistas y sus representantes políticos.
Pero no es baladí el peso específico (algo más de un tercio de los votos) que demuestran el hartazgo y saturación con el tema, al alinear su opinión con la respuesta contundente que planteaba como solución la retirada de las competencias autonómicas y la suspensión, sine die, de la Autonomía catalana.
Una de las razones fundamentales para dar apoyo a esta opción, además de dejarnos definitivamente de monsergas, es acabar con el despropósito que supone ir acumulando mantenidos que, de forma vitalicia y con unos emolumentos desproporcionados, pueden vivir del cuento tras demostrar su inutilidad en un cargo que aparenta seriedad y valía, pero que, a la postre, demuestra que no es más que el que correspondería a un portero de circo.
Tras la inhabilitación de Quim Torra por el Tribunal Supremo ¿Crees que se la saltará y seguirá ejerciendo de presidente?
- - No me sorprendería lo más mínimo. Con la permisividad del Gobierno nacional que tenemos todo es posible. (58%)
- - Supongo que acatará la sentencia y tendremos otro presidente autonómico. (7%)
- - Paso del tema. Lo que deberían es suspender definitivamente la Autonomía y ahorrarnos tantos sueldos vitalicios para inútiles. (35%)