La lengua castellana, lengua española por antonomasia a nivel internacional, es la lengua que nos permite una comunicación franca y ágil, no sólo en España, sino en el amplio mundo hispano. Es un capital de extraordinario valor que sería un gran error ignorar y desperdiciar.
Su enseñanza en España no es una imposición, es una decisión compartida, inteligente y eficaz porque nos permite comunicarnos y garantizar la eficacia de nuestro diálogo para negociar y acordar normas y procedimientos que facilitan nuestra convivencia.
Y gracias a esos acuerdos, normas y procedimientos se consiguió hacer compatible su enseñanza con la enseñanza en su lengua materna a los niños de las distintas comunidades lingüísticas con las que compartimos el territorio nacional español.
Lamentablemente, un desarrollo torticero de los nacionalismos etnolingüístas, ha ido desfigurando los generosos acuerdos a los que en su día se llegaron.
Hoy tenemos la evidencia del propósito político de sus intenciones: destruir España como construcción colectiva poniendo fin a su historia.
Es inaplazable una acción unitaria de todos los españoles.
Y concretamente en Cataluña, en las elecciones del 14 de febrero, es imprescindible una TREGUA_CATALANA entre las distintas sensibilidades ideológicas para unir fuerzas en la defensa de una construcción colectiva histórica fruto del esfuerzo de todos los españoles.
Ni un paso atrás. Ni cautivos de un catalanismo desleal, ni desarmados de nuestra legítima dignidad.
Julio Villacorta