Encuesta 48
A tenor de los resultados, para la inmensa mayoría, en Cataluña existen distinciones. No es posible ocultar ni tergiversar la información para esquivar la evidente prepotencia cultural, imposición ideológica y, en definitiva, el clima social intoxicado que ha generado el supremacismo separatista, dificultando de una forma angustiante la armonía social y la convivencia en normalidad.
La paulatina extensión de los criterios radicales y sectarios del separatismo, sin ocultar sus intenciones en ningún momento, ha tenido su último ejemplo con la llegada a la Rectoría de la Universidad de Barcelona del candidato propuesto por el asociacionismo separatista. Otro ejemplo más de la llegada de los radicales a los puestos clave de la sociedad, por el impulso de los suyos y, no podemos obviarlo, la dejadez y falta de reacción de los que somos contrarios a ello (solo hay que ver el porcentaje de participación que obtienen para acceder a sillones como el de la Cámara de Comercio de Barcelona o el de la UB).
Creer que la convivencia existe y no hay distinciones es algo que, siendo objetivos, se sabe que es una utopía. Tanto es así que la apuesta por dicha respuesta ha llegado a un limitadísimo 2% de votos.
Las alternativas vencedoras, ambas con un igualitario 49%, tienen claro que la situación no es normal y que la sociedad catalana está viciada y claramente partida en dos, sin que la convivencia entre ambas vaya a mejor, más bien todo lo contrario.
No se ha sabido diferenciar entre las dos respuestas ganadoras. Por un lado, tenemos los que culpan al Gobierno por su cesión constante y vasallaje supeditado a los deseos del separatismo, al depender su continuidad de ellos. Con un Consejo de Ministros inútil para tomar decisiones con perspectiva nacional, que cede del mango de la sartén a los señores feudales de las comunidades, con prevalencia en favor de aquellas que tienen ambiciones separatistas. Y, por otro lado, tenemos la opinión de los que certifican la inexistencia de convivencia, sobre la base de que el separatismo supremacista actúa con criterios radicales y diferenciadores, sin olvidar la violencia que les caracteriza, e independientemente del Gobierno que ostente el “teórico” poder a nivel nacional… aunque parece claro que tener la proximidad de los actuales gobernantes, en su interés compartido por romper nuestra nación, les va a favor de obra en sus pretensiones antiEspaña.
¿Qué opinas de los acosos separatistas, a comercios por el idioma o a personas por llevar la bandera de España, que suceden últimamente en Cataluña?
- - El problema es el Gobierno, que se ha vendido al separatismo dando alas a los radicales. (49%)
- - El supremacismo separatista siempre actúa de forma xenófoba, racista y violenta. (49%)
- - En Cataluña no hay distinciones y se convive sin problemas. (2%)