Hoy ha salido una noticia en OK Diario diciendo que Pedro Sánchez renuncia a luchar por la soberanía de Gibraltar, también está permitiendo la invasión de Canarias y dando pie a los separatistas/terroristas tanto catalanes como vascos.
Evidentemente por la reacción que provocan los separatistas y las consecuencias que generan a dichas regiones como al resto, ocurre que los españoles estamos más unidos contra ellos. Pero el socialismo es cómplice de esos partidos.
Nunca ha estado la sociedad tan perjudicada, con la crisis social y económica, pero como pasó en la Baja Edad Media, después de la Peste vino el Renacimiento. Pero no debemos estar con los brazos cruzados y la mente dispersa.
Evidentemente en 2015, Pedro Sánchez posó con una gran bandera española, pero siendo más falso que un euro de madera. La gran diferencia entre el PSOE con Podemos y los separatistas es que los segundos son explícitamente enemigos y los socialistas atacan por la espalda, pero básicamente son un grupo de impostores que se han filtrado en las instituciones públicas. Y eso la mitad de españoles lo sabe y los rechaza pero la otra media es cómplice.
En muchos países han ilegalizado no sólo partidos comunistas sino la apología del comunismo. Y no hay que ir muy lejos, los comunistas alemanes están obligados a renegar explícitamente de la República Democrática Alemana, aunque todos sabemos lo que harían si llegaran al poder.
Se hacen llamar obreros, podemos desear una reindustrialización de España, queremos que los derechos de la ciudadanía sean viables pero el PSOE es el principal baluarte de mantener cargos públicos y burocracia con las autonomías para ir en contra de las clases productivas para tener control social y económico.
El mayor ejemplo que tenemos en Cataluña es Iceta que se declara abiertamente “Federalista” pero, seamos francos, él negocia con los de Esquerra Republicana y si le dieran escoger entre la independencia o centralizar España por el bien común, él no dudaría ni una centésima de segundo. Tanto como los votantes, simpatizantes y políticos que militan actualmente en el PSOE son una carga para los españoles y bueno…
Es cierto que hay gente social-demócrata sensata pero desde que salió Zapatero como candidato y después de presidente, los socialdemócratas han huido del partido porque esa “banda” que está actualmente en el, es completamente anti-obrero y claramente burguesa.
Y eso me recuerda a Karl Marx, que definió a los marginales como enemigos de las clase obrera, y que son la herramienta de uso para atacar a los obreros. Evidentemente la izquierda socialista nunca defendió al obrero y evidentemente el marxismo más ortodoxo es inviable, con herejías como el Leninismo, Sorealismo (Fascismos) o la socialdemocracia Bernsteriana para poder sobrevivir como principio moral.
Pero el marxismo del PSOE, ya es una degradación total que no tiene el más mínimo pudor unirse a la extrema derecha que son los separatistas.
Si analizamos, el separatismo es la auténtica extrema derecha aunque se autoproclamen de izquierdas. Ejemplos como atacar a los obreros para mantener económicamente a los burócratas que tienen grandes rentas, como a lobbys que atentan contra la sociedad y su economía.
Ahora intentan atacar a la Casa Real y no es por los bandazos que ha dado Juan Carlos I sino porque que la institución representa la Unidad de España y el Estado de Derecho para la ciudadanía. Mantener a la cantidad de socialistas y sus cómplices en el Gobierno son más caros y son contraproducentes.
Para mí, el socialismo no tiene nada de progresista, sino que es un neofeudalismo que cambia los señoríos por burócratas y políticos, manteniendo al pueblo dependiente. El progreso real aparta a los socialistas para que no impida el pueblo prosperar.
Es lamentable que en España se hable del modelo de estado mientras la gente esta empobreciéndose.
Víctor Milà