Desde que Adolfo Suárez permitió la creación de las autonomías, se interpuso el clientelismo político que en la dictadura estaba bien mermado, con la correspondiente perdida de la independencia económica de la ciudadanía.
Los separatistas con Jordi Pujol en la cabeza tenían una ruta bien clara, de la cual hicieron un dossier llamado el “Plan 2000” donde el separatismo tenía que vampirizar las instituciones catalanas desconectando de facto el sentimiento de pertenencia a España.
No voy a perder más tiempo en repasar la historia de la Cataluña moderna, pero en la actualidad la sociedad esta dividida al 50% y enfrentada por unos políticos mediocres.
¿Pero quién han sido los más mediocres, los separatistas o los llamados “españolistas”?
Pues es muy difícil de valorar, pero sin unos políticos que hayan pensado en crear cargos y trabajadores públicos en toda España, no habrían necesitado la existencia de los los separatistas, y los separatistas, si no fuera por su ineptitud, ya habrían conseguido la secesión por falta de una oposición frontal en el ámbito político y público.
Ni con una constitución que fue un parche de unos Años de Plomo que fue la transición, ni la secesión, aportará paz social. Cada día veo el enfrentamiento más inevitable. Yo cómo catalán no voy a dejar de ser español, ni voy a permitirlo por vivir en una Cataluña dominada por los separatistas.
Nuestro gran problema, es que nuestros políticos no se quieren enfrentar porque el jugoso sistema autonómico puede muñir los bolsillos de las clases productivas y sólo irán exprimiendo hasta que la sociedad lo aguante.
Yo no quiero mantener separatistas con dinero público, los debemos de tratar como eso, servidumbre de la ciudadanía y la ciudadanía debe usar a políticos y a los trabajadores públicos como trataban los esclavistas ingleses a su mercancía humana.
Lo bueno de la división es que te selecciona afines y amistades, así que no veo tan mal en este punto la división social. Pero sí considerar inevitable el enfrentamiento por el poder de las dos facciones. Lo que veo es que nuestros políticos están preocupados por el posado y el enchufismo, y por eso debemos enfrentarnos a los separatistas por la conquista del poder desde unidades civiles.
Los mismos que han querido romper la sociedad española han empezado rompiendo la catalana, y por esa parte ya la han conseguido. Y como expresaba Jung, cada nación o sociedad tiene su psique. Y no podemos ser tan democráticos como las sociedades nórdicas o las anglo-sajonas, somos un país mediterráneo de imposición por subsistencia.
Y eso de “imposición por subsistencia” lo veo muy mermado en los políticos que defienden la Unidad de España en Cataluña, que a veces parecen que deben pedir perdón a los separatistas para poder seguir cobrando del pobre ciudadano.
Pero tal como en nuestra clase política está el problema, nuestra sociedad está la solución. Eso sí, habría que despertarla y organizarse, porque aún tener confianza en un parlamentarismo nutrido de votantes separatistas movilizados por un irracional sectarismo y/o racional clientelismo merece y motiva hacerle frente
Víctor Milà