Podríamos hablar de las épocas del siglo XIX donde la izquierda hablaba del poder de las masas y de la lucha obrera, pero siempre llevado por “intelectuales” desconectados de la sociedad, y sobre la izquierda actual que bebe del Gramscismo, la Escuela de Frankfurt y la lucha contra la biología humana. Pero, la misión de la izquierda nunca fue construir una sociedad por la incapacidad personal de sus adeptos. Una de las formas de tener poder no es conseguirlo, sino hacer que el de enfrente caiga. Y eso convierte a los izquierdistas en un problema social por su naturaleza personal.
Ya desde la filosofía anterior a Marx, su padre filosófico G.W.F. Hegel, encontró que había dos grupos de personas. Unas que buscan y exploran el poder personal y otras que se victimizaban constantemente. Y lo llamó “La dialéctica del Amo y el Esclavo”. Y desde esa perspectiva se puede considerar la Izquierda y derecha post Revolución Francesa.
Con la llegada del fin del romanticismo filosófico, Marx y Nietzsche tenían pensamientos opuestos de una pequeña revolución que sucedió en París después de la Guerra Franco-Prusiana de 1870. “La Comuna de París” donde Marx reconocía que esa revolución se inspiró en su filosofía, mientras que Nietzsche lo consideró como una turba desordenada de gentuza.
Actualmente la izquierda, tras la desgracia social y económica que fue la Unión Soviética, ha tenido que reinventarse para conseguir el poder, en especial en la Europa Occidental donde movimientos liberales, conservadores y fascistas han arraigado más en la clase obrera por dos motivos.
Primero fue por la protección a la propiedad, donde el obrero protegía sus posesiones y mantenía valores sociales como los de la filosofía cristiana. Y segundo es por el Estado: el ser humano como especie mamífera tiene una necesidad a la pertenencia al clan y la nación es la versión moderna del sistema de clanes.
De ahí que la izquierda actual se haya empapado de la lucha contra la antropología humana, intentando arrasar con la familia biológica y dejando desamparado al individuo delante de unas poderosas instituciones que vulneran constantemente el Estado de Derecho, de las personas y de los colectivos sociales saludables.
El mejor ejemplo es la promoción de la inmigración para reducir costes, pero que ataca al posible cliente, que es la clase media que hay en occidente. Además de promover el aborto y la eutanasia para que los estados no paguen prestaciones sociales.
Que vivamos los enemigos de la izquierda, es revolucionario.
También he de añadir que los separatistas tienen los mismos intereses y dialéctica totalitaria por eso congenian con mucha naturalidad porque deben ser oprimidos, aunque sea por su incapacidad social. Ellos ya van con argumentos de víctimas en su psique degenerada, mientras con la llegada de la democracia en España sólo han sido privilegiados.
El esclavo intelectual se le pisa o se le pisa dos veces y si puede ser tres mejor. Porque es su función natural dentro de la sociedad y no se le tolera ni se le consiente. Hoy la ciudadanía española es víctima de sus complejos, porque se les ganó en la Guerra Civil, que ellos provocaron al intentar convertir España en un estado satélite soviético.
Víctor Milà