¿Qué es lo que más detestas del Gobierno de Sánchez?

Para muchos españoles, al valorar de forma objetiva los actos y decisiones que adopta nuestro presidente de Gobierno, hay muchos temas que irritan y afectan a la consideración que genera dicha persona.

Tras su nombramiento ante el rey, sus promesas y compromisos pasaron a segundo término. Algo que no deja de ser el proceder común para esta persona que sabe venderse con mentiras, logrando que le voten, y no tiene escrúpulos para aproximarse a todos los que deberían ser vetados de partida, cediendo y concediendo para contentarlos, sin el mínimo pudor y solo con el ansia de seguir apoltronado en el sillón presidencial.

Esta pasada semana hemos querido averiguar el motivo de mayor repulsa entre nuestros votantes, al valorar los comportamientos del presidente y una vez podemos decir que lo tenemos suficientemente calado y es de sobras conocido.

Lo más doloroso para nuestros participantes en la encuesta es su seguidismo y pacto con el separatismo y la posibilidad de conceder indultos a los que lideraron el golpismo catalán. Un 43% entiende que es denigrante ver a un presidente de España babear por continuar en el poder aun a costa de ceder ante los que quieren romper la nación o, en el caso extremo, la hicieron llorar todos los días lamentando asesinatos y secuestros.

El segundo factor de mayor apoyo, con el 30%, tiene en cuenta el lado económico. La sangrante política fiscal, en la que ya es de conocimiento público el afán abusivo por recaudar para compensar su incompetencia, es evidente. Además, gestionar con un volumen récord de ministerios que generan un gasto público sin comparación en tiempos de paz, dan mucho que pensar si nos enfocamos en términos de amiguismo y de contemplación de las tesis propias del comunismo podemita. Todo es válido, aunque suponga penalizar el sacrificio y trabajo de los esforzados contribuyentes que, incluso antes de la pandemia, ya tenían dificultades para llevar adelante sus economías domésticas.

El propio comportamiento del presidente, con su chulesca forma de ser y prepotencia, ocupa el tercer puesto acumulando un 22% de los votos. Detrás de esa risita y pose hay mucha maldad, radiando ironía y cinismo.

Ya de forma testimonial quedan los apartados referentes a la gestión de la pandemia, que solo suma el 3%, y las relaciones diplomáticas que se quedan en el 2%. Temas que sin duda tienen su relevancia, pero que se dejan en un segundo nivel cuando ponemos en la balanza asuntos como los que hemos analizado al principio, en referencia a su chulería innata, el abuso fiscal, o su rastrera sumisión al amo separatista.