“El que tolera el desorden para evitar la guerra,
tiene primero el desorden y después la guerra”
Nicolás Maquiavelo

Desde que el separatismo pisó el acelerador a partir del 2010, se quitó la máscara y mostró su cara mas corrupta después del mítico “Oasis Catalán” y su vertiente más violenta con los referéndums ilegales y los sucesivos disturbios por los sediciosos encarcelados.

Se produce una reacción tras una acción, como en la física, pero la política se diferencia de ella, porque en la física la reacción es proporcional a la acción.

El asociacionismo llamado constitucionalista se ha buscado una concordia artificial. Diciendo que están adoctrinados o que se pueden combinar los intereses de los separatistas con la unidad de España. Evidentemente quien dice eso, no lo tomo muy en serio, por su desconocimiento de la situación social, económica y política que sufre nuestra región, perdón autonomía.

Cuando se entra en foros y páginas de separatistas, lo peor es ver el tipo de comentarios violentos que exabruptan los separatistas hacia el resto de españoles e incluso contra catalanes que defendemos la unidad de la nación.

El término constitucionalista no se debería aplicar a todos los que defendemos a la unidad nacional, porque la propia constitución actual vemos que se debería reformar, pues el Estado de Derecho de la ciudadanía es primordial.

Evidentemente la Constitución del 78 trató de integrar a los sectores políticos que destruyen el bienestar de los españoles. Con claros antagonismos como la unidad territorial, por no decir metas irrealizables como el art. 47, el Derecho a la Vivienda Digna para todos los ciudadanos.

Una Constitución con los actuales flecos no se puede defender sin pedir unas reformas que blinden a las clases productivas de este país. Cosa que los políticos y en especial los separatistas y los de izquierdas intentarán evitar a toda costa. Por eso yo, hasta que no haya una reforma profunda constitucional en favor de los intereses comunes por encima de la clases políticas que ya se han convertido en casta, aún no me siento constitucionalista completo, sino, un español de Cataluña desamparado políticamente.

Esa explicación sobre la Constitución me parece fundamental para pensar que deberíamos hacer con los separatistas, porque son una gente que no quiere respetar los derechos ajenos, al contrario, chantajean a la población con exprimirnos más o llevarán a cabo algún acto independentista explícito.

Yo no tengo porque respetar a quien me chantajea y a quien me odia, ni buscar ningún tipo de concordia sino buscar la formula de que no me suponga un problema. Pero actualmente con nuestro sistema, como los anteriores gobiernos, han protegido este parasitismo social.

Decimos que los separatistas, socialistas y comunistas empezaron todo el conflicto y además sectores del españolismo aun vamos diciendo que queremos concordia. Pero hay que pensar que en la naturaleza de esos sectores sociales no esta ni la concordia, ni la productividad y racionalmente y empíricamente esos sectores sociales estorban a la ciudadanía.

Víctor Milà