Hoy en el resto de España nos preguntan a los catalanes que defendemos la unidad nacional el porqué no nos movilizamos. Y se nota mucho la desmotivación y la falta de proyecto que ha habido en los partidos nacionales.
No voy hacer el historial de las veces que nos han defraudado a la ciudadanía, mientras que el separatismo con el PSC se repartían cargos públicos para crearse un mercado electoral.
Pero la Cataluña que es próspera es la del españolismo, la de las clases productivas, (empresarios, autónomos y trabajadores) que están huérfanos de cualquier movimiento político. Y lo peor es que esos partidos políticos viven en un mundo paralelo de victimísmo y de colocación de cargos.
¿Pero el pueblo que quiere y necesita? Está claro que menos políticos y para eso hay que deshacerse de las autonomías, cosa que no veo que a corto, ni a medio plazo suceda. ¿Y para qué? Para una reducción de impuestos, para que haya inversión y se generen más puestos de trabajo.
Una revolución tecnológica e industrial, ese problema afecta a casi todas las naciones europeas pero especialmente a España, la de veces que he recordado la perdida del sector secundario en nuestra nación. Y más en un mundo globalizado donde la investigación tecnológica la monopoliza China y Estados Unidos.
Es cierto que es necesaria una administración pública, pero debe ser mínima y digitalizada con la actualidad de hardware y software. Hoy por hoy la digitalización de la administración española la ves con productos de Microsoft y obsoletos, mientras que hay casos como pasó con el SEPE.
Evidentemente tener un trabajo público debería ser un signo de prestigio pero se ha democratizado tanto esta industria de colocación que cualquier partido lo utiliza para colocar afiliados y amiguísmos. Y hay un caso bastante ostentoso pero que me sirve de ejemplo: el de Albert Donaire, “El Donete”, ejerciendo un puesto de Mosso D’Esquadra. Mientras que los cuerpos policiales se deben hacer respetar tienen a ese sujeto, que todos sabemos cómo es y lo que hace. Y evidentemente no es para tomárselo en serio.
Hoy España es un país al alza porque tiene sectores sociales muy buenos, pero los neutralizan los parásitos sociales. Nosotros como pueblo debemos olvidarnos del victimismo. Claro que los separatistas se están saliendo con la suya, pero nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos, porque sabemos que la masa social socialista, podemita y separatista junto a víctimistas profesionales son el tapón hacia la libertad y prosperidad.
Vienen años duros, en nombre del complejo de la concordia.
Sé que mucha gente tiene ganas, lo veo cada día por internet. Pero la gente tiene que buscarse el pan, el techo y tener a su familia en paz para mantener su trabajo. No puede ser un revolucionario y menos cuando las empresas se ven desvirtuadas económicamente con impuestos para ser dependientes de subvenciones que les dan gobiernos regidos por políticos parasitarios.
Hoy, 18 de julio recuerdo que hace 85 años, ya no militares o Franco, sino medio país, se levantó por la desesperación contra los comunistas del PSOE, PCE y diversos partidos separatistas, para poder sobrevivir. Y nuestros políticos no tienen memoria, tanto de un lado como del otro. Porque estamos en camino de repetir una desastrosa situación social de nuevo.
Víctor Milà