Este artículo se lo dedico a las asociaciones “Los de Artós, Estudiants Pel Canvi y S’ha Acabat” de Barcelona por su gran labor.

Se hablaba mucho del adoctrinamiento pero hay que pensar que los jóvenes se están rebelando y está saliendo hasta en las encuestas de la Generalitat (Centre D’Estudis Opinió), que la generación actual de jóvenes no solo se está dando cuenta de lo que es el separatismo, sino que sufre de sus consecuencias.

Solo hay que ver la imagen de los separatistas cuando se reúnen a una manifestación, eso a la gente normal le causa rechazo y nuestros jóvenes.

Lo curioso que cuando se ve una manifestación como las de Plaza Artós, difícilmente se ve alguien mayor de 40 años, y en eso si que me sabe un poco mal, por que tengo treinta y nueve. Pero la verdad es un orgullo que haya gente así.

La desgracia está en mi generación que dejamos una sociedad de enchufados, corruptos y mediocres que votan a los separatistas o al PSC (que viene a ser lo mismo, o peor). Pero como cada acción hay su reacción.

Yo evidentemente siento vergüenza que en mi generación (nacidos entre 1978 y 1988) da un poco de grima, evidentemente hay excepciones como yo. Pero es la generación que vota a separatistas o socialistas y el españolismo se ha convertido en la víctima. Pero la generación siguiente a la mía, van sin complejos y los que son patriotas son los que van a levantar la sociedad.

Es cierto que hay de todo en todas las generaciones… Pero es una imagen general.

La que sí es lamentable es la generación de mi padre, que no es separatista para nada, mejor dicho, para nada, nada y le causa el mismo rechazo que a mí, pero ver a los viejitos sin un motivo para vivir más que seguir a corruptos sediciosos con lazos amarillos como minions, pues ya sabéis… ¡Lamentable! Pero no socialemente sino también por ellos mismos, porque es una forma de demostrar que el valor de su vida queda reducida a menos de poco.

¿Hay jóvenes separatistas? Pues sí. Y no me quedaré con el discurso de que sólo miran TV3, pero si podría sacar la mentalidad del esclavo de Hegel y que son “Perroflautas”: gente improductiva.

Nos jugamos mucho y no es sólo llevar una bandera u otra, para levantar una sociedad nos debemos imponer socialmente y culturalmente y esos patriotas de menos de cuarenta años son todo oídos y hay que darles unos valores que no les dan los autodenominados “Progresistas” ni los separatistas. Como el honor, el trabajo bien hecho, la competividad y la autosuperación.

Ellos son víctimas de la decadencia de mi generación que ha sido permisiva con los separatistas y no los ha ridiculizado, sino que se ha hecho la víctima por intentar una falsa concordia. Nuestros jóvenes son conscientes de que no deben tener tapujos y decir la verdad.

Yo, nacido en 1982 fuí una de las primeras víctimas en el colegio de una educación progre y separatista, pero vi lo que ahora nuestros jóvenes ven. Que rojos y separatistas se enriquecen a costa de exprimirnos. Y me di cuenta de que esos profesores que tuve, eran producto del enchufismo de la inmersión lingüística. Y que me perdí a profesores de verdad por la diáspora que hubo a principios de los 80.

Ahora nuestros jóvenes ven a sus profesores y su doctrina y les da arcadas. Y eso es sano para la mente

Víctor Milà