Encuesta 84
Es difícil mostrarse impasible ante lo que está sucediendo en Afganistán. A horas del final del plazo para que el país pase definitivamente a manos de los talibanes, el escenario que se muestra es desolador. Nadie se cree los mensajes que trascienden del Régimen, hablando e intentando mostrar una cierta apertura y dando señales de cesión o comprensión hacia las mujeres. Todos tenemos la percepción de que hay mucho postureo y mentira en las imágenes en las que éstas pueden, por ejemplo, asistir a clase. Algo que, para una cultura anclada en siglos pasados puede considerarse un avance pero que, para nosotros, supone cierta impresión al ser parte de nuestra normalidad y día a día. Y, además, con la duda de si realmente están quedando bien ante la opinión pública mundial, pretendiendo con ello atenuar en cierto modo la desagradable sensación generalizada del mundo avanzado.
Parece que, incluso, se pretende trasladar esa imagen de que los que llegan no son los peores, cuando los atentados y la maquinaria de hostilidades en marcha está siendo manejada por la facción afgana del Estado Islámico, aún si cabe más radical. Los ataques en pleno proceso de salida, con el control de accesos al aeropuerto de Kabul y las personas deseosas de escapar de dicho infierno como objetivo, demuestran que se trata de un país abocado a un futuro poco alentador ahogado por el fanatismo.
En nuestra encuesta nos planteábamos la percepción que trascendía del poder de EEUU en el mundo tras la salida descontrolada y contrarreloj de Afganistán. Todos hemos estado pendientes del retorno de los nuestros y de la ayuda merecida que debían recibir los nativos del país (y sus familias) que habían dado soporte y colaborado con nuestros soldados, pero esa sensación de prisas, dejando para colmo innumerable equipamiento y material bélico en manos de los vencedores, se une a la inmensa e incomparable tristeza que supone pensar que no se ha completado la misión de traslado de todos los que merecían escapar de esa miseria, quedando a merced de la posible represión y venganza.
Tocados por la angustia de los acontecimientos, un 7% de los votos de nuestra encuesta se queda con la idea de que esta imagen de salida a la carrera supone una victoria para EEUU si lo vemos desde el punto de vista que supone evitar más víctimas que justificar. Aunque los costes de esta etapa final, fruto de los últimos atentados, hayan supuesto unas bajas inesperadas pero previsibles dada la tensión en la zona.
Uno de cada diez votos se ha decantado por la evidencia que supone el hecho de acabar este periodo con una victoria del lado talibán, sumando una nueva derrota militar y diplomática a los que durante 20 años han intentado subir al progreso y aclarar el futuro de una sociedad como la afgana.
Pero el avasallador 83% tiene claro que toda esta energía, vidas, recursos y dinero invertido en favor de la mejora social de Afganistán no ha acabado como se esperaba, devolviendo a siglos pasados a esa sociedad hoy en manos, de nuevo, del fanatismo islámico. Pocas dudas quedan acerca del ridículo que debemos asumir como occidentales y, en especial, los que lideraban el tema y se confiaba en que su potencial y capacidad iba a ser suficiente para resolver esta encrucijada en la que se encuentra un país que vio la esperanza y el futuro de cerca pero que, a la postre, se ve abocado de nuevo a la oscuridad que supone ir oculto de arriba abajo.
¿Consideras que queda tocada la imagen de EEUU tras el fiasco en Afganistán?
- - Si, han hecho el ridículo y arrastrado a Occidente. (83%)
- - Sencillamente, pese a su poder, han perdido la guerra. (10%)
- - Su victoria ha sido evitar más víctimas. (7%)