¿Qué opinas de la mesa de negociación entre el Gobierno de España y la Generalitat?

Cabe destacar, en primer término, que solo un 1% de los votos que han tenido lugar en nuestra encuesta, enfocada a valorar la opinión de nuestro público en eso que han llamado mesa de negociación y que sentaba a un lado a la representación de la mitad de los españoles, aquella que respaldó al actual gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, y en el otro al resultado del apoyo electoral de poco más de un cuarto de los votantes convocados en las últimas autonómicas, entiende que esa cita entre impresentables es la única posibilidad de desencallar la situación que, artificialmente, por los efectos alucinógenos de la tergiversación, violencia, manipulación y mentiras del separatismo, ha quebrado la convivencia en la sociedad catalana. Sectarismo interesado en estado puro que une en una pantomima de chiste a los dos grandes problemas que hoy tiene España, por un lado unos gobernantes nacionales que quedan lejos de poder ser catalogados como mediocres y, por otro, la ruina que supone vivir bajo la ruin gobernanza de los que viven obsesionados en su paranoia.

Más contundencia tenemos en las otras dos opciones de la encuesta. Una de ellas, con el 30%, deja clara su postura a la hora de optar por la suspensión de la autonomía catalana, sin fecha de caducidad, evitando con ello el trasiego que supone vivir a diario en la obsesa idiotez que abandera el fanatismo supremacista. Una postura que permitiría libertad en la elección de lengua en la educación, evitando la prepotencia abusiva de alguna de las dos lenguas oficiales; la neutralidad de las informaciones, sin que los palmeros del periodismo cautivo estén decorando una postura y aplastando en todo momento la defensora de la legalidad constitucional; dispondríamos de una policía autonómica que ya no viviría en la constante duda respecto de su fidelidad constitucional y, entre otros posibles ejemplos, nos permitiría vivir en la sana aceptación de la realidad, pensando en el porvenir y desarrollo, con lealtad y respeto a las instituciones de todos.

La opción ganadora, con un porcentaje del 69%, considera que la reunión cara a cara entre sanchistas y los separatistas catalanes es humillante. Desde luego no se trata de una conversación que incorpore todas las posturas, al evitarse en ambos lados la representación de los que sentimos, queremos y defendemos España. Una charla que pretende nuevamente condicionar el futuro de la nación de todos, dadas las concesiones y cesiones que, entre bambalinas, seguro que tendrán lugar con el único objetivo de que el socio parlamentario separatista siga manteniendo en el poder a esta lacra de gobernantes que hoy dirige y representa a una gran nación como la nuestra. A la espera de los costes que supondrá contentar al amo separatista no nos queda otra que seguir pasando páginas del calendario con la ilusión de que, para cuando llegue la convocatoria a nuevas elecciones, el destrozo sea recuperable y el nocivo paso de unos por Madrid y otros por el Parque de la Ciudadela pueda ser reconducido, oportunamente, por el bien de España.