Me sorprendió mucho la iniciativa que tuvo lugar la semana pasada, con el liderazgo y la convocatoria del presidente de Aragón, en la capital zaragozana y con participación de cuatro comunidades autónomas españolas: la balear, la valenciana, la catalana y la organizadora comunidad aragonesa.
Remar acompasados y con el horizonte colaborativo como objetivo, animando y poniendo las bases para que, dentro del marco incuestionable de los intereses de España, hacer crecer sus economías de forma conjunta y sinérgica, ha reverdecido en nuestras mentes de lo que fue la Corona de Aragón.
Dicha Corona es una de esas realidades que, por aquello de aparentar lo que uno no es, ni ha sido, ni será, ha pasado por el filtro de la educación en Cataluña de un modo manipulado y tergiversado. En este sentido, los historiadores a la carta y en nómina de la Generalitat son capaces de ningunear a los mismísimos Reyes Católicos, hablar de corona catalano-aragonesa, crear confusión al hablar de la Guerra del francés, regodearse con una Guerra de Sucesión que enfocan como de Secesión, u otras muchas invenciones que buscar crear una visión que cambia de escala y protagonismo a lo que todos sabemos no pasó de condado.
La unión de la Corona de Aragón y el reino de Castilla, con el enlace matrimonial de los Reyes Católicos el 19 de octubre de 1469, unificó la patria común de castellanos y aragoneses, incluidos, por supuesto, los que somos herederos del condado barcelonés. Un hecho que debería tener el reconocimiento merecido, si primase lo objetivo y veraz, pero que ha sufrido la revisión y filtrado del fanatismo supremacista catalán, incapaz de asumir su secundario papel en la historia.
Felicito al presidente Lambán por su bienintencionada iniciativa, en una propuesta que inevitablemente recuerda a tiempos pasados, contando con el impulso y coordinación de los que fueron los reinos de Valencia y Mallorca, con sus actualizados representantes en formato presidentes de comunidades autónomas, y la representación de segundo nivel del que fuese condado y ahora también comparte el privilegio de ser una comunidad de España.
Javier Megino
Vicepresidente de Espanya i Catalans