¿A este Gobierno que le interesa más?

Pocas dudas podían darse al intentar encontrar el interés gubernamental en las decisiones que rodean a este periodo navideño. Decisiones de Gobierno que, por otro lado, son del todo superfluas, dejando en manos de las comunidades autónomas la gestión directa y el método para hacer frente a la pandemia. Volvemos a ser la risa del mundo con 19 modelos diferentes y una desvertebración nacional que solo podía darse en la denigrante sede del social-comunismo europeo.

Hemos vuelto a ser testigos de la afición del presidente del Gobierno por salir en la foto, cuando hay que presumir de un indicador de contagios envidiado en toda Europa, pero que se esfuma por completo cuando ese mismo IA pasa a multiplicarse por quince o veinte y se coloca a la par de todos los demás países del entorno. Un nuevo ejemplo de postureo y política de imagen pública, como factores exprimidos para lograr la sostenibilidad en el poder.

Por esa razón, solo un residual 2% se posiciona en nuestra encuesta a favor de las medidas en contra del virus como principal objetivo y preocupación del Gobierno. No haremos más sangre con el tema, el porcentaje lo dice todo.

La actitud del presidente y su séquito, para un porcentaje que supera las ¾ de nuestros votos en la encuesta, se considera interesada para evitar la significación cristiana de estas fechas. Para estos gobernantes, de los que conocemos claramente su perfil, debe obviarse la trascendencia religiosa del momento (en referencia a la religión cristiana que es la que tienen en el punto de mira), frecuentando la alusión a “las Fiestas” en lugar de “la Navidad”, costando sudor y lágrimas que se reconozca este periodo de fin de año como navideño, en lugar de meramente festivo. Sus intenciones no pasan desapercibidas, al hacer todo lo posible por aminorar la relevancia de la tradición cristiana en estas fechas.

Y, para acabar, un 22% piensa que el mayor interés que tiene el Gobierno, con tanta traba para juntar a familias y amigos en Navidades, es evitar que se les critique y ponga verdes, frenando en lo posible la extensión de la imagen desastrosa de su mediocridad. No les falta razón, en cualquier conversación son el foco de las críticas y ellos lo saben.