¿Crees que el 25% de español en las escuelas catalanas es suficiente?

Cerramos la última encuesta del año 2021 con una casi unánime opinión que se muestra alineada con la escasez del español en las aulas catalanas. Incluso aunque se cumpla con el 25% que los tribunales han dictaminado como mínimo.

Estamos valorando un porcentaje que parece irrisorio dado el grado de normalización del uso del catalán y la importancia social que tiene el castellano en nuestra comunidad. Siendo el español lengua cooficial, común en toda España, que debería tener un trato equivalente, sin desprecios ni atropellos, en concordancia con lo que sucede con la otra lengua que dispone de esa misma condición en Cataluña.

Un 95% de los votos, en esta encuesta que ha sido de las que más registro ha acumulado a lo largo de los dos años que llevamos con nuestra encuesta semanal, considera y apuesta por un equilibrio al 50% entre el uso docente de catalán y castellano. Algo que realmente normalizaría la situación y demostraría que somos una sociedad bilingüe que siente como suyas, sin distinciones ni preferencias, las dos lenguas cooficiales catalanas.

Sólo un 4% se postula a favor del 25%, al considerarlo un reparto de tiempos docentes oportuno y suficiente para que los jóvenes catalanes alcancen, al final de su ciclo formativo, un conocimiento completo de las dos lenguas españolas que tenemos en esta comunidad autónoma.

Completamos el reparto de porcentajes con el simbólico 1% que se agarra a la idea de que el catalán debe seguir siendo la lengua impuesta y vehicular en exclusiva en los colegios catalanes, dando continuidad a la política de imposición lingüística que suavizan o blanquean con el término de inmersión, que no podemos dejar de recordar que es unidireccional. Se trata de algo lógico al no podernos librar, por el efecto de una ley electoral interesada, de gobiernos separatistas en el poder.

Para los fanáticos que nos gobiernan, con su escasa visión y estando solo pendientes de su ombligo e intereses, el desarrollo y futuro de nuestros niños y jóvenes en este mundo interconectado y global es algo secundario. Lo interesante es adoctrinarlos y venderles una realidad adulterada que condicione su modo de pensar e inculque desprecio a una lengua y una historia real, primando el supremacismo de otra y una historia infectada de mentiras a la carta. Para nuestros gobernantes regionales los jóvenes no dejan de ser la herramienta útil para perpetuarse en el poder, maleando sus mentes con el fin de obtener votos cuando alcancen la mayoría de edad. Esa es la realidad que caracteriza a lo que llaman sectariamente la “escola catalana”.

Las posibilidades y futuro que les brindaría a nuestros jóvenes la maduración formativa con modelos bilingües o trilingües, con el español e inglés como vehiculares en la escuela, son despreciadas. Por encima de formar está inculcar la imaginaria “nació” y todas sus falsedades. Esta es la realidad que nos toca vivir.