Para muchos catalanes ayer la noticia no tenía nada que ver con la evolución de la pandemia ni con los nuevos impuestos que barajan en este Gobierno socialcomunista de risa para seguir apretando a la clase media trabajadora. Nada pudo eclipsar la verdadera alegría que inundó el sentimiento de la mayoría de los que vivimos en esta comunidad, al saber que se había agendado para el 26 de marzo un partido de fútbol de nuestra selección nacional, el equipo de España, en el estadio de Cornellá-El Prat.

El flamante estadio del RCD Español será una fiesta a la que asistiremos para animar a los nuestros en el amistoso que tendrá lugar frente a la selección de Albania. Muchos ya contamos los días para ese evento que, sin duda, ha generado gran expectación entre la inmensa cantidad de forofos que tiene el equipo de España aquí, en esta comunidad española en la que es tan difícil que se agende un partido de NUESTRO EQUIPO NACIONAL, en mayúsculas.

Mi felicitación a los amigos y compañeros de “Barcelona con la Selección”, cuya contribución seguro que ha sido protagonista para hacer que este encuentro de fútbol se haya planificado en la Ciudad Condal. Su incansable trabajo defendiendo los intereses de los barceloneses, en su derecho por ver al equipo de su país jugando en alguno de sus estadios, se ha visto satisfecho con una cita para finales de marzo que ya tenemos muchos grabada en el calendario.

Han pasado 18 años tras aquel España-Perú que muchos recordamos, tiempo más que suficiente para que entremos en el bombo de destinos en los que celebrar partidos de España, con la ilusión de que una ubicación como es Barcelona se incluya, sin complejos y de forma definitiva, entre los que acostumbran a tener al equipo nacional jugando fases clasificatorias y partidos preparatorios.

Esta nueva celebración de la fiesta del fútbol me supone una alegría inmensa, pensando en que aquellas hijas que nos acompañaron en 2004, de la mano y en brazos, ahora van a venir perfectamente equipadas para el momento y dándolo todo por el deporte rey de su verdadero y único país. Será otro de esos momentos que quedarán para siempre en la memoria por su emotividad, esperando que, en adelante, no tengan que pasar tantos años para repetir la experiencia.

Los que nos gobiernan en la región seguro que ya estarán maquinando el modo de mitigar el efecto o menospreciar dicha cita, lo que no deja de ser un riesgo. Cuando el fanatismo y la locura vencen a la racionalidad todo es posible, no lo olvidemos. En este sentido, no es impensable que identifiquen, por ejemplo, un foco de Covid a la carta. Les puede servir cualquier excusa para justificar el confinamiento municipal o la clausura del estadio, impidiendo la celebración de dicho evento con asistencia de público. Nada es descartable cuando el control y mando está en manos de radicales. Y parece improbable que la campaña en contra de tan magnífica noticia la dejen solo a merced de los medios oficiales de su régimen totalitario.

Al margen de la previsible maquinaria de los que disponen, sin límite, de los fondos públicos para sus alucinaciones paranoicas, contando con que fluirá dinero de todos para que los suyos se hagan ver y nos vuelvan a generar vergüenza ajena con su circo, hemos de apostar fuerte por la merecida acogida de los catalanes de bien a su equipo nacional, ayudándoles con nuestra presencia en esta convocatoria que dará colorido patrio a la capital catalana, orgullosa siempre de lo que es, España.

Todos el 26 de marzo a llenar el RCDE Stadium. Allí nos vemos.

Javier Megino
Vicepresidente de Espanya i Catalans