“Es Alemania todo un territorio donde se pueda hablar alemán” Johann Gottilieb Fichte
Estos días me puse retrospectivo con el “padre” del separatismo catalán moderno, Jordi Pujol.
Ya han pasado más de 42 años desde que Jordi Pujol ganara las elecciones para presidir la Generalitat.
Desde ese día él inició el trabajo de ingeniería social y económica que ha perjudicado sobretodo a las clases productivas, trabajadoras, catalanas, primero manteniendo su exclusión con una educación que no era en su lengua materna lo que les ha perjudicado enormemente, y luego siguiendo con el prucés y su consiguiente fuga de empresas y la diáspora del capital económico.
Cataluña ha pasado de ser el motor industrial de España a ser un cortijo de burócratas enchufados y comisionistas.
Pujol junto Adolfo Suárez, Felipe Gonzalez, Carlos Garaicochea y José Antonio Ardanza, y podemos decir que Fraga y Carrillo, se apuntaron al carro autonómico para robar” con el “Café para todos”, pero eso no quedó ahí…
Durante la ultima legislatura de Felipe Gonzalez y la primera de Aznar Pujol se convirtió de facto en el Presidente del Gobierno y logró conseguir muy beneficiosos acuerdos para Cataluña como el Pacto del Majestic, a costa del conjunto de España.
De ahí se explica que el antiguo president de la Generalitat haya hecho y deshecho lo que ha querido, impunemente.
Entre las cosas que ha generado, y ya he comentado, es la afinidad del separatismo con el sistema clientelar, pero su también concepción emocional del odio contra España.
Pujol es una persona con un historial largo y muy complejo y sabe muy bien quién es Fichte (Padre del nacionalismo filosófico alemán), tanto por haber estudiado en el Liceo Alemán en el periodo de los nazis como por haberse reconvertido en aférrimo sionista ya en temprana madurez.
El “Plan 2000” ha sido el intento de “recatalanizar” culturalmente para aumentar la posición separatista, al mas puro estilo de “Los Protocolos de los Sabios de Sión”, posición que no era hegemónica en la sociedad de los años 70 y 80 del pasado siglo, porque gran parte de la población catalana tenía sus raíces fuera de Cataluña. El Plan 2000 pretendía que el nacionalismo permease todas las entidades sociales, desde la prensa a la educación, y a todas las acciones de gobierno, desde las televisiones públicas a la concesión de ayudas, etc.
Por esas cosas no pudo sacar mucho su supremacía racial más pura, propia del principio del separatismo catalán de finales del s. XIX.
Aunque parezca difícil de entender, más un tercio de la sociedad catalana ha asumido las tesis separatistas y con su voto ha influido a la izquierda, a los regionalismos y a otros separatismos de Cataluña y del resto de la nación, recalco, NACIÓN.
Parece mentira que no lo hayan conseguido, por la dejadez intencionada de los partidos políticos del resto de España, que pactaron con él.
La base social de los separatistas es corrupta, mediocre y llena de “Frikis” que los podría haber mostrado Javier Cárdenas en la televisión.
Y para acabar solo quiero hacer una mención:
A Jordi Pujol en 1984 le intentaron juzgar por el caso Banca Catalana, y como es evidente, no hubo juicio aunque vendiera sus acciones justo antes de la “quiebra” de la entidad.
Ex-clientes suyos damnificados por la “quiebra” de Banca Catalana aún le seguían votando.
Cabe reconocer que Jordi Pujol es un genio, un genio del mal, pero un genio, y eso no se lo quita nadie, como el dinero robado.
El separatismo ha sido lo peor que ha sucedido en Cataluña, desgastando a la población, y todo para que Pujol se enriqueciera y fuera tan patriota que se llevara el dinero robado a paraísos fiscales.
Víctor Milà