El denominador común de la mayoría de artículos que se escriben sobre el nacionalismo vasco es el de la politización unas veces a favor otras en contra, en este artículo, he querido salir un poco del guión de lo políticamente establecido para dar luz a lo que considero una historia que si bien no es totalmente desconocida, si que quizás es menos conocida por la opinión pública y que bajo mi punto de vista es interesante o almenos curiosa.

El orígen de todo el PNV

El PNV tradicionalmente ha jugado un papel en la política vasca de enorme relevancia desde su fundación y a la vez un papel dentro de España un tanto ambiguo,es un partido de estructuras familiares y de fidelidades muy asentadas prueba de ello fue el precedente más reciente allá por los 80 cuando la ruptura entre el Lehendakari Goikoetxea y Ardanza produjo una ruptura traumática en el mundo del PNV, dejando el aspecto interno aparte el PNV se ha caracterizado por mantener posiciones ambiguas muchas veces, e incluso contradictorias y muchas veces difusas.

Buena fe de ello lo dan ya en sus inicios las extrañas alianzas mantenidas durante los años 30 manteniéndose por un lado como admirador de Gran Bretaña con la Ikurriña inspirada en la bandera de la Union Jack, como su simpatía hacia el nacionalismo irlandés,esta constante se seguiría manteniendo no solo durante sus inicios vinculados al siempre contradictorio y controvertido Sabino Arana si no también durante su trayectoria política a lo largo de la Historia del Siglo XX.

Los turbulentos años 30

En los años 30 el PNV se mantuvo tras el advenimiento de la Segunda República como un partido de raíz católica opuesta por un lado al espíritu anticlerical de 1931, pero a la vez siendo compañero de viaje y apoyo indispensable de las principales fuerzas Izquierdistas que comandaban el proceso a la vez que mantenía en su comunidad ciertas alianzas con fuerzas carlistas opuestas frontalmente al nuevo régimen. .

Dicen que la política hace extraños compañeros de viaje, el Lehendakari Jose Antonio Aguirre y el PNV han sido los mayores exponentes de este dicho,prueba de ello fue oposición ya en los años 30 a las líneas más duras del Aranismo encabezadas por Luís Arana como fiel seguidor de la ortodoxia fundacional pero la adhesión y admiración reconocida a figuras como Benito Mussolini y a modelos como el fascismo italiano, que fueron también en Francesc Cambó y otros líderes nacionalistas menos conocidos como Vicente Risco influyentes.

Podemos resumir este primer periodo durante los años 30 en que Aguirre navegó entre dos aguas de forma muchas veces “confusa” y jugando a dos barajas mostrándose como victima pero a la vez como culpable de las circunstancias que acarrearían para su fuerza política sus decisiones.

Esta última admiración o veneración no impediría que el 18 de Julio de 1936 el PNV entre fuertes tensiones internas se opusiera al pronunciamiento militar del General Franco y a la vez que paradójicamente acabara enfrentado con quienes admiraba.

Esta política de alianzas ha escondido siempre un transfondo que ha conferido a esta fuerza política una escasa fiabilidad pero un capital fundamental que es el don de la oportunidad para resultar decisiva en momentos delicados, Azaña en sus textos ya manifestaba una seria desconfianza dentro de la propia guerra civil ,esta no fue infundada prueba de ello fue el trágico final del romance entre fuerzas tan dispares terminando en el para muchos desconocidos “Pacto de Santoña” y con el enfrentamiento de los propios «Gudaris» con las milicias socialistas en los últimos días antes de la toma de Bilbao.

El recelo que provocó el PNV entre las fuerzas políticas de la república fue tal, que ya en los primeros años Aguirre ya intercedió e impidió los estallidos anticlericales de las fuerzas izquierdistas en el País Vasco cosa que tanto a las fuerzas del primer bienio como las del Frente Popular no causaría gran alegría,ese idilio era el prólogo de una alianza que había nacido muerta y cuyos dos actores terminarían con funestos resultados con la partida para el exilio de la cúpula dirigente del PNV por un lado y con el mismo destino para las fuerzas de la segunda república, aunque cabe remarcar que la mayoría de la base social quedaba en la España nacional que si bien no era de su agrado por el modelo territorial comulgaba con los principios católicos que estas sostenían.

El PNV en el exilio

Lejos de cambiar de estrategia ,el PNV ante la segunda guerra mundial se mantuvo en la ambigüedad y semiinacción permanente aunque mayoritariamente su política fuera dirigida en pro de su aproximación a los aliados para la consecución de un hipotético estado independiente vasco en el final de la II guerra mundial, tanto fue así que en esta esfera a veces lúgubre de pactos de interés, apareció una figura que aún hoy en día continúa siendo misteriosa, la de Jesús Galindez este fiel colaborador del Lehendakari Aguirre jugó el papel de espía del FBI controlando a los españoles exiliados en Estados Unidos y a la vez el de mano derecha del PNV en asuntos internacionales.

Jesús Galindez principal encargado de las relaciones internacionales del PNV

Su figura siempre oscura planeó siempre entre la complicidad y posterior traición al Régimen de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana y su ferreo antifranquismo militante que culminó con su desaparición en USA tras su publicación de la Tésis Trujillo. Una figura lúgubre que trabajó para la C.I.A y el F.B.I delatando exiliados izquierdistas Españoles en Estados Unidos.

Resaltamos lo de ambiguo porque así como finalmente el PNV optó por volcarse con los aliados por completo,aunque hubo figuras como Eugène Goyeneche Farnier que ya sea por consentimiento o a iniciativa «individual» desconocemos el conocimiento que tuvo Aguirre sobre dichos encuentros que han sido convenientemente tapados al ser incómodos no obstante existen datos fidedignos que en los primeros años de la guerra tantearon la posibilidad de pacto con el eje,hipótesis que finalmente fue descartada por el desarrollo de los acontecimientos.

Tras este periodo político del PNV nos encontramos la misma constante,un partido que a la vez estuvo alejado de E.T.A cuyos postulados de izquierda no comulgaba pero que mantuvo los necesarios para estar enterados de las actividades que estos realizaban en España,un partido que se mantenía distante a las iniciativas democráticas de por entonces «Platajunta» pero que a la vez mantenía alianzas puntuales.Prueba del escaso entusiasmo por el advenimiento de la democracia fue el desencanto con el que el entonces Lehendakari Jesús María de Leizaola cedió el testigo a su sucesor.

Esta parte del pasado nos aclara muchos de los posicionamientos muchas veces extraños de un partido que siempre jugó a dos barajas.Pero deja en el aire muchas otras cuestiones que aún quedan pendientes como ¿Cual fue el conocimiento real del Lehendakari Aguirre sobre las conversaciones con el eje? ¿Que papel jugó Galíndez dentro de la esfera del PNV y hasta que punto este partido sabía de las actividades de colaboración para el gobierno americano que este estaba realizando?

Guillermo Fernández González

Artículo publicado en “www.verdadespoliticamenteacorrectas.es