“La democracia es el país de jauja soñado por los financieros”
(Reflexiones sobre la violencia – Georges Sorel – 1906)
A veces pienso que estamos en el Día de la Marmota, intentando defender que no nos impongan el catalán. Y hay que hacerlo, si. Pero no hay mejor defensa que un buen ataque, y el mejor ataque es defender una propuesta social.
El separatismo tiene un proyecto muy simple, pero funciona bien en los suyos… es el clientelismo creando empleados públicos con barrera idiomática de entrada y dando subvenciones a instituciones. Y eso a la larga no es viable. Pero como los gobiernos del Partido Popular y el Partido Socialista en otras autonomías viven de lo mismo. ¿Cómo van a oponerse?
Aquí me explayaré sobre los partidos nacionales que han ido de la mano con separatistas…
Esta democracia parlamentaria ha provocado mucho dolor social y económico a las clases productivas. “La democracia de las autonomías”. Y sólo se oye a un partido político, Vox, que dice que intentará reducirlas o eliminarlas aunque ya no lo dice mucho. Pero eso para mi no es suficiente porque una oposición clara al sistema autonómico lo echaría del sistema.
Desde que acabó el Franquismo hasta la actualidad, solo ha aumentado el número de trabajadores públicos mientras que empresas han huido a países con mano de obra más barata generando una situación laboral desesperante para el pueblo. Es el precio de una democracia que no quiero pagar.
Pero empecé con la cita, de Sorel, que describe perfectamente cómo está construida nuestra democracia.
Los partidos políticos necesitan votos para ganar las elecciones, por eso generan una base clientelar, pero cuando se acabó el franquismo no tenían una base económica sólida. Pidieron créditos que no podían devolver y podemos decir, que tampoco les interesó.
¿Cómo se puede entender eso?
Pues muy sencillo, los financieros disfrutaron de una legislación laxa, que acabó siendo contra los intereses del pueblo, que no existía en el franquismo. Como la destrucción de las cajas de ahorro, poniendo a políticos en sus juntas directivas, o haciendo firmar a los clientes unas condiciones menos rentables, con pactos corporativos entre entidades y contra los intereses de los clientes de clase media y baja.
Y a esa legislación contribuyeron todos los partidos, desde la extrema izquierda hasta la derecha más liberal. Y los españoles perdimos paulatinamente nuestro sistema industrial con la crisis de los 80 del siglo pasado. Y cargos políticos y financieros en nombre de la democracia, no contentos con eso… la destrucción de nuestra economía agrícola, y los ejemplos los tenemos en los supermercados con la procedencia de sus productos.
A los partidos actuales y a la banca les va muy bien que esté el separatismo haciendo de motor para mantener el sistema autonómico para aplastar el pueblo. Y el pueblo con la promesa de cambiar de lobo cada cuatro años poniendo una urna, peca de inacción.
Un ejemplo que es de lo más gracioso y lamentable fue cuando en 1984, el diario conservador ABC escogió a Jordi Pujol como Español del Año, y eso justo después de que saliera el caso Banca Catalana.
Pero el separatismo sabe que es consentido por la política española y de facto han dirigido España durante la democracia actual. Y se les ha ido de la mano a los políticos nacionales.
O cae el pueblo por la inacción o ponemos una nueva clase política con pocos cargos si generamos presiones.
Porque no nos olvidemos, de que ellos viven como rajás, mientras nosotros tenemos la gasolina a 2,20€ el litro o la luz disparada a la merced de especuladores lobbísticos extranjeros y nacionales.
Y pensar que Gabriel Rufián gana más de 6 veces el salario medio español…
Víctor Milà.