¿Qué razón crees que justifica la imparable inflación?

Los datos económicos de España no van como se esperaba y, conforme avanzan los meses, las correcciones van en detrimento de los intereses nacionales. Sin ir más lejos, el referido al crecimiento del PIB va en retroceso revisión a revisión, mientras que el de la inflación va al alza en cada nueva previsión para cierre de año.

Las economías domésticas y las empresas cada vez se ven mas ahogadas ante las rocambolescas y descorazonadoras tomas de decisión de los malos de remate que hoy siguen humillando la imagen de nuestro país, ocupando los sillones ministeriales y el Gobierno de la nación.

Las consecuencias de disponer de un equipo de Gobierno ridículo, en manos del creído egocénctrico, hace que el destrozo generalizado sobrepase la gestión interna, adentrándonos con sus decisiones en un caos también de alcance internacional.

Todavía, como sucede con sus socios palmeros que ni siquiera le arroparon, nos hacemos cruces de lo que ha sido la exitosa decisión adoptada unilateramente por el amo del cortijo respecto del Sáhara y, como derivada de ello, nos estamos quedando sin uñas al pensar en lo que puede suponer tanta chulería en nuestro recibo del gas. Lo cierto es que, en plena crisis energética, es poco inteligente tocar las narices a tu principal y estratégico suministrador gasista.

Los precios en España van a un ritmo de país de segunda o de tercera, y nos aproximamos a la realidad de una república bananera. Parece que es a lo que vamos con Sánchez y su circo en la cabina de mando.

Un 0% de nuestros votantes, nadie, se cree la patochada de que dicha espiral inflacionista es consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. En todo caso, un 13% considera que hay influencia, pero con la responsabilidad compartida con el desastre de Gobierno que tenemos. Para el restante 87% -lo que deja clara la postura mayoritaria de modo aplastante-, el único responsable de este crecimiento en los precios es el Gobierno, capaz de escudarse en la guerra y sus consecuencias para no quedar en evidencia, evitando de ese modo asumir su bochornosa gestión.

Nos han inundado con informaciones en las que se ponía en valor la escasa dependencia energética de España, comparado con otros países de Europa, respecto de los suministros que llegan de la zona de conflicto, pero resulta que, sin embargo, el lastre que pagamos los españoles, siempre justificado en la subida de los carburantes, nos coloca como los más castigados. No hay por donde cogerlo.