Elecciones autonómicas en Andalucía y el resultado ha superado las mejores expectativas. Muchos años de un único color, PSOE en las instituciones, hacía prever unos apoyos menos claros en favor de la oposición ideológica, la derecha del PP. Se ha superado el clientelismo, el dejarse llevar por los informativos dirigidos, por las encuestas retocadas, por frases estereotipadas como “cien años de honradez” y en su lugar ha primado la reflexión, NO al camuflaje detrás de reclamos populistas pues lo único que se consigue es depender más de las decisiones limosneras de los que distribuyen el erario público.

La corrupción, postergar las necesidades de los ciudadanos ante los intereses partidistas o los personales de los que ven en la política una mina para explotar, parece que ha hecho reaccionar a los verdaderos implicados. En los albores de la democracia la falta de referencias, el desconocer a los protagonistas y también los pormenores del sistema democrático hace comprensible que no se pudiera imaginar todo el trasfondo sobrevenido después. Al no valorar con profundidad el funcionamiento del sistema cabe el que los contrarios a él lo estén destruyendo. Fulminar en su totalidad el equilibrio de poderes, obligado en todo proceso democrático y en gran medida ignorar la presencia real de la ciudadanía, es lo que paso a paso está a punto de plasmarse si no hay una toma de posición firme, capaz de reaccionar ante la perdida de valores y de restaurar a tiempo los principios que aporta la libertad proclamada en la Constitución.

Hay que recuperar lo que la naturaleza nos ofreció y mejorar todo lo que la mano humana ha aportado. El momento nos lo brinda, unos comicios que han dañado la espontanea entrega a una forma turbia de interpretar la sociedad, una sociedad que ha terminado sujeta a la subvención, a lo que indica el boletín del Estado. Los políticos tienen la misión de representarnos, de contrastar las diferentes propuestas que puedan surgir después de pulsar la opinión de los ciudadanos, por el contrario querer a toda costa el modelo que mejor les vaya para tenernos sometidos o implantar una manera de vivir y de ser de lo más pintoresco, surgido de la mente desnortada de los que nos dirigen, algunos, algunas, algunes.

Mucha tarea por delante, lo que requiere seguridad y firmeza en un programa económico solvente pero también en un modelo cultural en el que la igualdad de derechos ante la ley prime, acompañado de una profunda reforma educativa que incluya la disciplina, la superación, el estudio, la calificación necesaria según la respuesta del estudiante, formación profesional y universitaria, sin olvidar el estudio de nuestro pasado, que aportó para el mundo cuotas de desarrollo que modelaron lo que hoy consideramos cultura occidental. Grandes focos de sabiduría nacieron en nuestra tierra: Concilio de Toledo, Leyes de Indias, la Escuela de Salamanca, la gramática de Nebrija….

Se ha de cortar el gasto de ministerios fantasma, de prebendas, de vacaciones camufladas para las que abanderan la liberación de la mujer con sus rutas de recreo, fotos, risas, imagen femenina vacía de ideas, quita y pon, Inestable. Eso sí, para proyectar como saludable su acción de gobierno, meditan, seleccionan argumentos creíbles pero sólo para ellas, “ahora la mujer puede estudiar en la universidad”. La mujer como sujeto de derecho en plenitud es el resultado de largos años de esfuerzo de mujeres ilustres que proyectaron su hacer académico, intelectual y sobre todo laboral en la sociedad, eso fertilizó y la cosecha está en las leyes actuales que la igualan al hombre, en cambio las cuotas impuestas por ese ministerio ideológico rebajan su categoría al no considerar que su valía es lo que le permite rivalizar en todas las áreas. Sorprende la falta de pronunciamientos de este sector político cuando es la administración o entidades creadas por ellas las que pasan de puntillas ante hechos clamorosos de abuso sexual en Mallorca o en Valencia.

Amasadores de pan, de marcilla son muchos de los políticos de hoy, moldean a diestro y siniestro nuestro criterio, nuestras reacciones, nuestra visión del mundo y lo más preocupante el ritmo de desarrollo de España. Vetada la explotación del carbón, la energía nuclear, la búsqueda de concentraciones de gas, de petróleo y hasta lanzados a mostrar el propósito de vaciar los embalses, nos quedan manadas de jabalíes atravesando la calles, lobos que devoran las ovejas de los pastores, bosques calcinados por dejar a su libre albedrío la hojarasca, ¡ ah, me olvidaba ¡ paisajes acribillados por molinos de viento, también parados a gusto de los que mandan.Y como broche la participación de Bildu en lo que debe ser “ la memoria histórica “.

¿Qué es necesario que ocurra para asumir nuestra presencia en la vida pública?

Ana María Torrijos