La última propuesta del presidente Sánchez, al hilo de la necesaria contención en el gasto energético, ha sido curiosa. Poco nos sorprende la escenografía del maestro en el postureo, con la camisa abierta y en pose distendida, pero realmente hemos de considerar la escena como lo que es: pura apariencia.
De avanzar en esta tentativa de estriptis presidencial se les puede ir el tema de las manos, dada la evolución prevista del termómetro. Hemos de tener en cuenta que ese primer paso, dando rienda suelta a la imaginación con el escote, puede hacer furor entre muchas damas y caballeros cautivos de tanto sexapil, lo que puede derivar en sofocos que no estaban calculados a la hora de combatir la ola de calor.
De seguir inmersos durante el verano en nuevas olas de calor no descartemos que, a la vuelta de vacaciones, caiga alguna otra prenda. Dicha posibilidad puede llevar al traste todo ahorro alcanzado, al ser causante de una generación espontánea y desmesurada de calor corporal entre sus entusiastas fans, palmeros y pelotas. Algo que puede llegar a convertirse en un verdadero problema, si no saben abstraerse del deseo y las expectativas con el “you can leave your hat on” de Joe Cocker de forma obsesiva en la mente.
No es necesario hacer la pantomima y dar la nota con propuestas como esta de la corbata, sirve sencillamente el sentido común de la gente que sabe lo que corresponde en cada situación y en cada momento. En caso de que el presidente se tomase en serio dicho ahorro, podría empezar por aparcar el Falcon e ir en bici en adelante o, como medida urgente y productiva, finiquitar todo ese regimiento de barrigas llenas que el socialismo tiene en nómina, con despacho, aire acondicionado y chófer, como cargos de confianza o asesorías -inútiles e improductivas- a dedo.
Javier Megino
Vicepresidente de Espanya i Catalans