Encuesta 133

No parece cuestionable, salvo para una porción de la población que lo niega, que estamos viviendo cambios radicales en la climatología. Y no podemos decir que sea algo concreto o afecto a una determinada nación, región geográfica o continente, al ser los efectos evidentes en cualquier parte del mundo. En este sentido, cuando no son las temperaturas batiendo récords o los incendios acabando con la masa forestal descuidada de nuestros bosques, vemos que son inundaciones las que protagonizan el drama en otros puntos del planeta. Nadie se libra de las consecuencias de estos cambios que pueden dar un vuelco en la calidad de vida de todos los que habitamos la Tierra.

En el primer mundo, del que de momento parece que aún somos parte pese a nuestros gobernantes, también se viven los efectos negativos de dichos cambios. Sin ir más lejos hemos de ver como evoluciona nuestra reserva de agua dulce y las restricciones que ya están en marcha en algunos puntos de España, algo que puede ser la norma si no llueve y reponemos el nivel oportuno a nuestros embalses.

Pero si algo es singular en España, además del endémico problema que padecemos con la sequía y la falta de recursos hídricos, es la necesidad de energía. Con la etapa del carbón superada y la reiterada apología en contra de la energía nuclear, posición que posiblemente debería revisarse al ser una solución limpia y verde –como ha avalado el Parlamento Europeo-, nos vemos abocados a una provisión de petróleo, gas y de energía eléctrica que, en su inmensa mayoría, no lleva el sello “made in Spain”.

Dependemos de suministros de fuera para mantener el sistema en marcha. Por eso siempre son buenas las campañas de ahorro para que el consumo de energía se minimice. Una necesidad matizable, siendo España el país del sol y estando la energía solar a disposición y alcance de todos. Hace falta un pistoletazo definitivo y creíble que apoye a la infraestructura, en muchos casos particular y domiciliaria, de este sistema de autogeneración de energía. Más valdría apoyar esta renovable, que nos podría hacer menos dependientes de energías externas, que hacer el paripé como el de la corbata del presidente. Da vergüenza este postureo, tanto que un 90% de nuestros votantes creen que esa es la intención de Sánchez al salir sin corbata. La apariencia y la foto le pierde a nuestro “Mister Moncloa”.

Sólo un 7% le otorga al líder sanchista el don de la imaginación a la hora de buscar soluciones que supongan ahorro energético, como si esto de la corbata fuese la panacea. Sin comentarios al respecto.

Para acabar, un pobre 3% ha optado por una respuesta que, a tenor de la evolución de otras circunstancias similares, vaticina unos efectos negativos para España mayores o similares a lo que puede vivir Europa, ante la falta de provisión de recursos energéticos rusos. Se nos vende que estamos liberados o poco afectados por ello, pero ya veremos si no pasa como, por ejemplo, con la evolución de los costes de la luz en España tras la famosa y publicitada excepción ibérica.

¿Qué piensas al ver al presidente Sánchez sin corbata para ahorrar energía?

  • - Que es un verdadero experto en postureo y apariencias. (90%)
  • - Que la crisis por la energía rusa nos afectará tanto o más que al resto de Europa. (3%)
  • - Que es un genio buscando soluciones para el ahorro energético. (7%)
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2022-08-08T14:33:07+02:00

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