¿Qué sientes ante el bochorno separatista en el homenaje del 17A?

Son muchos los momentos en los que la aparición en escena de los fanáticos del separatismo, alardeando de su supremacismo y falta de cordura, nos hacen sentir una profunda vergüenza ajena.

Solo entender que no están bien del raciocinio y que no tienen solución, dado su grado de fanatismo y la inexistencia de argumentos solventes en sus imaginarios planteamientos, puede justificar su forma de actuar. Somos conscientes de que se han visto afectados por la sinrazón absorbente de esa impostada idea falsa de que los catalanes somos el centro (quizás algún día el INH declare que también el origen) del universo. Un 6% de nuestros votantes se queda en esa evidencia de que no tienen remedio.

Son bastantes más -hasta el 18%- los que opinan que, como también es más que visible en sus comportamientos, dan la sensación de que viven en una realidad paralela. Inmersos en una cotidianidad ajena al día a día del común de los mortales. La escenificación de su grado de fanatismo ahonda, si cabe, en la idea de que los que quedan subidos a la parra –muchos menos que hace unos años, lo que es muy esperanzador- carecen de complejos a la hora de dar visibilidad a su delirante problema. Les encanta alardear de su paranoia y que la sociedad no olvide el nivel al que se puede llegar abanderando lo absurdo.

Y, para acabar, con un más que mayoritario porcentaje que representa a 3 de cada 4 votos (el 76%), volvemos a los argumentos sobradamente conocidos de que se ven superados por su sentimiento de odio a España y su fanatismo. Tanto es así que, hasta en la más inverosímil de las situaciones, siguen en su dinámica de búsqueda de culpables a la carta, en este caso pensando en los atentados sufridos en Barcelona y Cambrils. Nada les para a la hora de crearse y engordar su mundillo imaginario, alterando la realidad tanto como les convenga, con el único fin de ver satisfechas esas creencias y opiniones inoculadas por el ideario de la tele del régimen y los incendiarios mensajes de los sectarios que nos gobiernan. No olvidemos que con el precario apoyo de tan solo el 27% del censo electoral.