Voy a pedir a los Reyes Magos que nos traigan la humanidad que nos falta.

Que en España, los niños vuelvan a ser de los padres y no del Estado y que se frene el adoctrinamiento “queer” y la cultura de la muerte en la educación.

También pido por mujeres, muy jóvenes todas ellas, que en otras culturas se ven obligadas a ocultar sus embarazos extramatrimoniales para eludir su muerte, por imposiciones ideológicas de un islam político, que poco tiene que ver con la religión. Jóvenes que son forzadas a dar a luz a sus hijos prematuramente, con sólo seis meses, que como consecuencia padecen malformaciones, falta de amor y de padres. Estos niños y niñas no pueden ser adoptados porque los musulmanes los consideran impuros.

Allí, en Belén, donde las religiosas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl los acogen hasta los seis años en su Hospital. En Belén, donde fueron los Reyes a adorar a un pobre niño también: el Hijo de Dios.

María José Ibáñez Rodríguez