Encuesta 172

Cuesta encontrar el límite al ridículo cuando evaluamos el comportamiento del sanchismo y sus ánimos por aparentar. La pasada semana, durante los actos de celebración del día de la Comunidad de Madrid, volvimos a ser testigos de la desmedida necesidad que tienen los elegidos de dicha facción extrema, parásita del socialismo español, por la apariencia y la egolatría.

El deterioro del PSOE con la llegada, primero, del que pensábamos sería inigualable -en referencia al inventor de la alianza de civilizaciones-, y la posterior culminación de la degradación con el actual presidente del Gobierno, deja situaciones rocambolescas que servirán para recordar dentro de unos años, cuando la normalidad haya vuelto y esta etapa oscura quede en una pesadilla olvidada.

En un alarde de sumisión, junto con la necesidad de contentar al macho alfa, el ministro Bolaños se mimetiza para convertirse, asumiendo los riesgos de credibilidad e imagen que supone, en el muñeco diabólico manejado en remoto por el que todavía babea frente al espejo pensando en el Falcón y su estancia palaciega.

Solo uno de cada cien de nuestros votantes opina que, siendo ministro de España, esa imposición por estar al frente de los actos de la Comunidad, sin estar invitado a la misma, debería de aceptarse. Su cargo en el Gobierno de España lleva implícito ese comodín de privilegio al margen de cualquier organización y planificación. Es ministro y todos deben rendirle pleitesía, máxime si va en nombre y direccionado por el macho alfa mandamás.

Para un relevante 16% el uso de este figurante, así como el ruido generado, está premeditadamente planificado. El argumento es que, con todo esto, se desvía la atención y se ocultan otras cosas que el sanchismo prefiere que pasen desapercibidas. Un modo de silenciar el fiasco acumulado –visible con el “Solo sí es sí” y previsible con otros inventos de factura reciente-, que llevan contabilizando desde que se ha dado el pistoletazo al final de la legislatura y se le permite a la facción radical de extrema izquierda a hacer de las suyas.

Y nada menos que el 83%, una mayoría aplastante, ve el papelón de Bolaños colándose sin permiso ni invitación en las celebraciones organizadas por el equipo de Ayuso, como una acción estudiada y predefinida desde Moncloa. La mente perversa del que quiere destrozarlo todo asume como lógico el sacrificio de personas como, en este caso, el títere Félix. Todo vale a la hora de intentar deslucir el éxito en la gestión y planificación de un acto institucional montado por la rival. Para la opinión pública se les ha visto el plumero. Han dado una clara señal de prepotencia y chulería que, dentro de unos meses, les posicionará en los libros de historia de España como el peor Gobierno de nuestra democracia. Un error de bulto, con socios impresentables e indigeribles para los españoles que quieren a España, que les dejará señalados para siempre. Lo único bueno de todo esto es que estamos ya en mayo y el fin del sanchismo está cada vez más cerca.

¿Fue Bolaños a provocar en los actos del 2 de mayo?

  • - Si. Es un títere provocador. (83%)
  • - No. Tenía derecho a estar. (1%)
  • - Con esto se silencian otros temas. (16%)
Cargando ... Cargando ...
2023-05-08T09:49:42+02:00

Comparte en tus redes