Yolanda Diaz acaba de cerrar los acuerdos para presentar su plataforma Sumar con una quincena de partidos. Personalmente, no me preocupa que estén a la izquierda del PSOE o el número de partidos. Me preocupa que Sumar se convierta en una máquina de dar alas a partidos regionalistas o nacionalistas, que por sí solos no podrían conseguir esos resultados ni en sus sueños.
No olvidemos que tener representación (y formar parte un grupo propio), asegura grandes ingresos, vía subvenciones por votos y diputados, tener personal a sueldo del congreso, entre otros. Hablando claro, gracias a esta coalición, vamos a financiar entre todos la supervivencia y el crecimiento de partidos que miran solo por su territorio, por encima del bien general de los españoles.
El caso que más me llama la atención es Proyecto Drago, que se define como un partido de “obediencia canaria”, que en las autonómicas obtuvo un 3% y quedó sin representación en el parlamento canaria y en las municipales consiguió, literalmente, dos concejales.
Gracias a Sumar, tendrá opción de conseguir algún diputado y es obvio que, un partido sin representación en el congreso ni parlamento, puede mantener una estructura de políticos profesionales, sedes y campañas de marketing durante cuatro años.
En Aragón tenemos el caso de la Chunta Aragonesista, un partido que por sí solo ha conseguido representación en el Congresos dos veces, seguramente volverá ya que liderá la lista de Sumar por Zaragoza. Más sorprendente es el caso de AraMes, una coalición por Baleares cuyos partidos nunca habian tenido representación en el Congreso, liderarán la lista de Sumar por Baleares.
Pero el dinero no es el único problema. Al tener partidos de ámbito regional, estos presionarán para conseguir beneficios para comunidades autónomas, ya sean transferencias directas, inversiones, traspaso de competencias e impuestos, etc. Luchar entre ellos para ver quien consigue para su territorio, lo que en Cataluña hemos llamado “el Conseguidor” .
Básicamente intentarán convertir el Congreso en un mercadillo persa, en el que se cambian votos por prebendas. Por ese mismo motivo UPyD, que nació con el objetivo de evitar el chantaje de los nacionalistas a los dos grandes partidos, tenía prohibido en sus estatutos unirse a partidos que no fueran ámbito nacional.
Esta sobrerepresentación que se les está dando a los nacionalistas en esta coalición, puede ser debido al deseo de Yolanda Díaz de debilitar, si no ya de humillar a Podemos, un partido que todos sabemos que no tiene las mejores relaciones. El problema es que de este modo da aire (y voz e incluso razón de ser) a partidos nacionalistas minúsculos que de otra manera no podrían ni soñar la representación que tendrán a partir de hora.
Mi temor es, que con el tiempo, estos partidos se acaben comiendo a Podemos y Sumar. No porque no se lo merezcan porque han empezado todo esto, si no porque eso aumentará la base electoral de los partidos nacionalistas, haciendo una España más dividida en vez de luchar por el bien común.
Xavi Gil