¿Se debería permitir a los partidos separatistas presentarse a las elecciones?

El debate acerca de la participación electoral de los partidos separatistas en las elecciones es una posibilidad que se debería empezar a valorar seriamente.

Apostar por posturas contrarias a la legalidad vigente, sin respetar la nación a la que se pertenece, debería suponer un coste definitivo para los que fundamentan su propia existencia, como propuesta política, en la ruptura de España.

Hemos de solucionar este problema y pasar página, evitando dicho lastre para nuestro país. Una nación soberana como la nuestra no puede someter su gobernabilidad a la influencia de ciertos partidos minoritarios con posturas radicales, supremacistas y sediciosas. En este sentido, a juicio de un 90% de nuestros votantes, no deberían tener opciones electorales y, como pasa en otros países de nuestro entorno, su futuro debe ser el de la ilegalización.

Para políticos de tercera, como los que ahora gobiernan en España, les puede servir el juego de la falsedad y la tiranía en contra de la propia nación, como sucedió, por ejemplo, con la modificación de nuestro código penal en lo relativo a la sedición. Su argumento, pretendiendo que se entendiese dicha sumisión al separatismo y apuntando que se normalizaba la normativa con nuestros vecinos, obedecía a la mentira y tergiversación con el único ánimo de contentar al socio separatista que ha sostenido al sanchismo en el poder. Le pedimos que se mire la norma aplicada en nuestro entorno, al respecto de este tipo de partidos anticonstitucionales, y esperamos que valore su inmediata ilegalización, como sucede a nuestro alrededor.

Eso de que en la democracia cabemos todos solo lo entiende una minoría. En un tema de tal trascendencia debe aplicarse el sentir de la inmensa mayoría de la sociedad española, es decir, descartar ese tipo de partidos políticos en todas las elecciones y dejarlos donde merecen, al otro lado de la legalidad y fuera de todas las instituciones.