Es evidente que el próximo 23 de julio nos jugamos mucho. Este comentario es válido ante cualquier cita electoral, pero, por razones obvias, tiene un especial sentido en esta ocasión. Tendremos en unos días la gran oportunidad de librarnos del sanchismo.

Llega el momento de responder a ese mal para España que tan bien definió el que le pone nombre, en su reciente visita a “El Hormiguero” de Antena 3. No podemos desaprovechar la opción que nos ha brindado, a pesar de convocarnos en pleno verano. Seamos conscientes, al ir a votar, de todo lo que ha supuesto su paso por Moncloa y los costes infringidos por su conducta y decisiones.

Sabemos las consecuencias de su etapa en la Presidencia del Gobierno de España, por lo que carece de sentido que dediquemos mucho tiempo a hacer balance de sus “grandes éxitos”. Haber dejado al albur de los enemigos de España el destino de la nación española, con la sumisión y el abandono del patriotismo como pago, nos ha sensibilizado de un modo mayúsculo y ha convertido al 23J en una fecha para la esperanza y la ilusión.

El recuento de votos debe hacer justicia a la traición y el mercadeo con algo tan preciado como es poner en riesgo a España. Se merece el destino que todos tenemos en mente y esperamos que, tras su fiasco, aflore una respuesta depurativa en el seno del socialismo español que finiquite el periodo sanchista.

Los apoyos parlamentarios, al amparo de los votos del comunismo, del separatismo, de los golpistas indultados y, para colmo, de los herederos del terrorismo, han hecho mucho daño. La credibilidad de España como país serio y fiable ha quedado en entredicho en el contexto internacional, a tenor de las alianzas que han cimentado su gobernabilidad.

Es necesaria una renovación de la esperanza y de la motivación, relanzando las expectativas de una gran nación que no dejará nunca de serlo pese a los gravámenes derivados del paso de la ineptitud por sus órganos de gobierno.

Los nuevos que tiren del carro tienen un tremendo trabajo por delante. Por ello es necesario un bloque sensato y solvente que mire hacia adelante de forma convencida, con una mayoría holgada y valiente.

La probable victoria del PP, sin mayoría absoluta, hará necesaria la aportación del único partido que tiene clara la línea a seguir tras el paso de Atila y los suyos por el Consejo de Ministros. La confluencia en el Gobierno de PP y VOX es algo del todo necesario y el deseo mayoritario de los españoles.

En este sentido, con la experiencia de legislaturas precedentes, no conviene que la obtención de una hipotética nueva mayoría parlamentaria esté al alcance de solo un puñado de escaños. Dicha opción podría rememorar viejos fantasmas, al hacer buenos a los que sabemos que son malos y solo pretenden sus intereses territoriales. El apoyo del que fuese “nacionalismo moderado” está amortizado, aunque puedan camuflarse en los periodos en los que la política no les viene de cara. Las vivencias del 2017 y alrededores, por ejemplo, los deberían descartar como opción en la aritmética parlamentaria. Por eso hay que apoyar a VOX y darle la mayor relevancia posible.

Deseo que gane la alternativa al sanchismo, es decir, que sumen lo suficiente PP y VOX para darle carpetazo. Pero no perdamos de vista la necesidad de que, en dicha suma de fuerzas, estén ambas tirando del carro y aprovechando sus sinergias. Por dicha razón es fundamental que entre VOX en el Gobierno, dando con ello una solvencia patriótica a las medidas a adoptar.

Tener a Feijóo de presidente será infinitamente mejor que su antecesor. Pero muchos, sabiendo lo acontecido en Galicia durante su periodo como presidente autonómico, nos podemos sentir mucho más seguros con el apoyo fiscalizador de los de Abascal en el Gobierno nacional. Por ejemplo, para algo tan peculiar como es lograr el reconocimiento en toda España del español como lengua vehicular en la escuela.

Contar con el equipo liderado por Santiago Abascal y ser necesarios es la mejor manera de asegurar respeto y fiabilidad en la defensa de los intereses de España y de los españoles. Por eso, no olvides que tu voto del domingo 23 de este mes es primordial.

No te dejes influir por los mensajes interesados con la utilidad como eje, que seguro te llegarán. La herencia que se recibirá hace necesario un cambio importante y, por ello, se requiere de los convencidos. Esos que sabes que nunca escucharán los cantos de sirenas y que, de verdad, priorizan el futuro de España.

Borja Dacalan