¿Qué te pareció el beso a Jenni Hermoso del presidente de la FEF Luis Rubiales?

Lo primero y más importante, antes de entrar en valorar los resultados de la encuesta, es reconocer y honrar el logro que el deporte español ha logrado al conseguir nuestro equipo femenino nacional el reciente Mundial de Fútbol.

Se trata de un éxito mayúsculo. Un triunfo que nos coloca en la cima del deporte rey, tal y como también sucede en otras muchas modalidades deportivas. Algo que nos consagra, todavía más, como una de las grandes potencias mundiales deportivas. España está donde merece, entre los mejores.

El orgullo y emoción ante tal consecución puede llevar a ciertos impulsos, como el que llevó a Luis Rubiales, actual presidente de la RFEF, al “piquito” que ha sido el centro de toda conversación desde el pasado domingo 20 de agosto. Un beso que ha conseguido dejar en segundo plano, quizás ha logrado dejar en el olvido, algo tan importante como es el haber consagrado al equipo español de fútbol en lo más alto y grabar la primera estrella en el escudo de la selección absoluta femenina.

Para un 68% de nuestros votantes lo sucedido entre Jenni Hermoso y el mencionado responsable de la Federación obedece a la emoción del momento y al impulso irracional que se siente tras saberse ganador del campeonato. Por tanto, más de 2/3 partes de los votos se postulan en favor de la teoría del perdón, haciendo comprensible lo sucedido. Algo que para muchos será discutible, al convertirse en un problema el aceptar que, por impulso y emoción, puede valer todo. Para muchos de nuestros votantes, el civismo, la educación y el respeto se pueden ver en peligro, con el argumento de que se actúa poniendo como justificante la emoción o el impulso.

En este sentido, un 15% considera que lo sucedido debería llevar asociada la expulsión directa del cargo federativo, junto con la sanción que corresponda ante una conducta de abuso y dominio como la que tuvo lugar. Conviene trasladar al mundo una imagen contundente de castigo ante lo que puede interpretarse como una agresión, dejando claro que en nuestro país prima el respeto. No olvidemos que está en juego la organización del Mundial de 2030.

Para el restante 17%, una petición de perdón por parte del Sr. Rubiales, asumiendo su error y dimitiendo de su cargo, valdría para solucionar este embrollo que, como decíamos al principio, supone una ocultación de algo tan sonado y de tanta importancia mundial como es el hecho innegable de que nuestras mujeres del equipo nacional de fútbol son…

¡CAMPEONAS DEL MUNDO!