Ayer vimos como Sánchez cedía ante ERC la amnistía, la gestión de Rodalies y la condonación de 15.000 millones de deuda de la Generalitat. Esto no solo es una grave cesión por unos pocos votos, si no que estamos aceptando la narrativa de los separatistas, donde los encarcelados lo están porque el “Estado opresor” los persigue por sus ideas y no por actuar en contra de la ley.
Con la amnistía, han logrado eximir a los suyos de las responsabilidades de sus actos. Actos como financiar con dinero público un referéndum ilegal, provocar el colapso del aeropuerto del Prat (no olvidemos que falleció una persona de un ataque al corazón) y los disturbios en las calles del Tsunami Democràtic que dieron la vuelta al mundo, con hogueras en la calles quemando árboles y coches y tirando baldosas a la policía.
Pero no solo consiguen que no paguen por lo que hicieron, si no que ahora son “represaliados” (Aragonés dixit). Con este relato, ellos son las víctimas y el Estado es el opresor, y este pacto es el reconocimiento. Porque ni tan solo se les ha obligado a reconocer que actuaron en contra de la ley, ni disculparse ni prometer que no se repetirá. Como ellos dicen “Ho tornarem a fer” (lo volveremos a hacer).
Pero en el tema económico no es diferente. Esos 15 mil millones que se le han perdonado son préstamos del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) que el estado presta a la Generalitat para que esta pueda financiarse a bajo coste, ya que Cataluña está cada vez más endeudada debido entre otros motivos, al despilfarro de los políticos y dedicar cantidades de dinero a promover el separatismo, subvencionando con dinero público a todo aquel que apoye a sus ideas y les pueda proporcionar un rédito político.
El España ha evitado la quiebra de la Generalitat gracias a este mecanismo. Recordemos que la época final del tripartito los bancos se negaban a conceder créditos a la Generalitat por el estado crítico de las cuentas públicas y tuvieron que emitir bonos pagando un 7,5% de interés. Hoy, muchas familias están pasando estrecheces al tener que pagar alrededor de un 5% por sus hipotecas, imaginaros que es un 7,5%. Hasta el Barça, con sus problemas económicos, paga alrededor de un 6%, un punto y medio menos que ellos.
A pesar que España ha salvado a los catalanes de la quiebra de sus instituciones, el mensaje que se venderá es que “España roba a Cataluña” y ahora se les compensa por ello. La culpa siempre será de España y seguiremos con la nula autocrítica a la clase política catalana y culpando a Madrid de todo lo malo que nos pase.
Ayer Sánchez, con nuestro dinero, compró los votos de ERC pero sobretodo compró el mensaje que España es un país opresor y saqueador y los separatistas los héroes que defienden Cataluña.
Xavi Gil