Nuestro inigualable presidente del Gobierno, el mejor ejemplo que se puede dar en politología para enseñar el modo de llegar al poder a base de mentiras y cambios de opinión interesados, quiere demostrarnos que, en su prolífico y eficiente uso del tiempo, también dispone de margen para escribir.

No le vale con ir como un elefante por una cacharrería, dejando una senda clara y rompiendo todo por donde pasa, sino que todavía le queda tiempo para la escritura palaciega. Es la virtud que supone ser, además del más guapo y simpático, un superdotado intelectual. Lo más curioso es que, sin saber de qué va su fábula o cuento, lo titula “Tierra firme”, siendo el mayor experto en dejar empantanado y como un barrizal toda la tierra que pisa nuestro singular Atila.

El debate acerca de su famoso Doctorado en Economía ya trajo suficientemente de cabeza a los opinadores, poniendo en duda que realmente fuese lícito el logro de aquella distinción. Ahora, en su apuesta por convertirse en escritor de postín, la duda resurge. La verdad es que no me interesa lo más mínimo el libro, máxime tras saber que participó en el contenido y presentación otro endiosado como fue el presentador de “Sálvame”. Dios los cría…

No hay nada como ser quien es para verse rodeado de la flor y nata del Gobierno de España en su presentación estelar. Hasta 14 de sus ministros le arroparon en la cita dejando libres sus respectivas agendas, al entender que su tiempo era merecedor de un evento tan señalado, singular y privilegiado. No conviene arriesgarse faltando a tan gran cita, con el riesgo que puede suponer el pasar a ser integrante de la lista díscola, siendo el protagonista y centro de atención el mismísimo gran líder al que se le debe el cargo, sillón y sueldo.

Podríamos pensar que es un abuso y una dedicación interesada de unos tiempos que no pagamos los españoles para esos menesteres, pero, pensándolo bien, casi es mejor que se dediquen a darle coba al amo. Con esa servil actitud nos han proporcionado una tarde de tranquilidad, teniendo a tanto tuercebotas recogido y controlado, mientras ejercían la labor de palmero fiel.

Les conviene relajarse, puesto que se avecinan días de gran trabajo en el Gobierno para dar explicaciones que justifiquen la razón por la que debe arrodillarse y pedir España perdón a los futuros amnistiados del golpismo catalán, sin que sea evidente que es un pago por sus votos en la investidura.

Y, en este sentido, les pido a nuestros gobernantes que no usen el argumento de la convivencia y la comprensión, siendo beneficiados unos sinvergüenzas que ni se han arrepentido de sus actos y pretenden repetirlos, puesto que ya no cuela. Una cantinela que solo se la cree, o tiene que aparentar que es así, el que no tiene valor para reconocer que ha vendido el voto de millones de socialistas, humillando a todos los españoles, con el único objetivo de seguir en el poder.

Borja Dacalan