La reciente visita de una delegación de eurodiputados, para evaluar la situación de los dos idiomas cooficiales de Cataluña, se ha saldado con las conclusiones que todos sabemos. Su presencia ha servido, y no es poco, para certificar que las quejas y denuncias, desde hace décadas, por la imposición del catalán, obedecen a una realidad incuestionable.
La elección de dos centros en el Prat, con el ánimo de corroborar de forma evidente el agravio que sufre la lengua española en la educación catalana, es válida, igual que sería elegir cualquier otro punto de la geografía de nuestra comunidad. Es sobradamente conocido que, salvo casos muy puntuales en los que se cumple y respeta la sentencia de mínimos asegurando el 25% en castellano, se produce un hostigamiento absoluto en contra de la lengua común de todos los españoles. Un bloqueo que tiene lugar en las aulas y, como conocemos, trasciende incluso a las relaciones personales y la vida social de los alumnos.
Es chocante que tengan que venir a certificar la evidencia desde Europa, pero lo es más que el gobierno autonómico no se avergüence de su conducta, sus mentiras y la utilización de los jóvenes manipulados para sus objetivos.
Lo que han dictaminado los europarlamentarios coincide totalmente con lo que sabemos.
-Que el catalán no es una lengua en riesgo. Solo se usa ese apelativo para seguir justificando su imposición salvaje y avasalladora.
-Que no existe el bilingüismo, sencillamente en la escuela hay una lengua privilegiada, potenciada y protegida, mientras que la otra lengua oficial de los catalanes, la que cohesiona a todos los españoles, es vilipendiada, reducida a la mínima expresión y penalizada.
-Que es un problema, yo prefiero decir que es ridículo, que los padres de alumnos que quieren que se aplique ese mínimo del 25% en español tengan que ir a los tribunales para lograrlo, cuando debería ser de aplicación directa tras la sentencia judicial que lo ampara.
Y, por supuesto, tras la visita de dicha comitiva, habrán podido darse cuenta del problema enfermizo con el que hemos de convivir. Un lastre paranoico que llega a todos los ámbitos y que, interesadamente y con vistas al futuro cercano, se acentúa en los aspectos que tienen que ver con el desarrollo de las nuevas generaciones.
Me alegro de que hayan constatado y se conozca en toda Europa lo que pasa en esta región española, como desgraciadamente se replica en otras, esperando que se medie para que haya una reacción oportuna frente a la apropiación y el uso de una lengua como herramienta de mentalización y adoctrinamiento escolar.
Dada la inacción del cómplice Gobierno de España, esperemos que desde instancias europeas se medie para que cese el plan urdido por fanáticos catalanes a los que no les interesa la formación, sino que tienen por única prioridad y objetivo ganarse a los jóvenes para su causa separatista, abducidos en esa falsa y tergiversada realidad que fomentan.
Gracias por este regalo anticipado. Ahora Europa ya conoce y es consciente del abuso.
Aprovecho para desearos una Feliz Navidad a todos.
Javier Megino