a Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente.
Valorar la paz y la generosidad y tener merced, es comprender el verdadero significado de la Navidad….Calvin Coolidge
Queridos familiares y amigos: Iba a felicitaros la Navidad en la forma acostumbrada, pero un banal y fortuito hecho(como siempre suele pasar con lo que se escribe), ha desencadenado esta sucinta reflexión sobre los días navideños.Si, porque estaba metido en el acostumbrado ánimo,personal y tristón de estas fechas, cuando paseando hace dos días mientras veía la iluminación del centro ciudadano, me encontré con una vieja conocida, Rosa, limpiadora allá por el hospital militar donde yo trabajaba allá por el Jurásico, y dirigiéndose a mí,me preguntó y aseguró de que yo era el capitán Aranda de los años ochenta, para a continuación decirle a su marido e hijos…”este doctor es el que siempre nos trataba a todos por igual, y con el mismo respeto que si fuéramos sus iguales”. Y,voto a Bríos!que la simpleza de la cariñosa y profunda anécdota me supo como una dulce descarga de adrenalina, tan capaz de sacarme del letargo e hibernación espiritual a que me someto por estas fechas, como de animarme a escribir estas líneas. E inmediatamente me puse a preguntarme el porqué uno ha podido ser así durante toda su vida,tanto en el tema social como rarito,tan retraído, a nivel festivo, y sobre todo en fechas como las de ahora y ante toda la fascinación que pretenden ejercer sobre nosotros todas las luces y fruslerías del invasivo marketing.
Para responderme con simplezas como el que, tal vez por proceder de una familia que nunca ha esperado demasiado de la vida, cualquier cosa ha podido ser recibida por nosotros con el escepticismo andaluz tan típico de los que nacen con el don de la conformidad para recibir cualquier don o merma vital.
Escepticismo que nunca ha estado reñido con sentir una profunda solidaridad hacía los demás, como pudimos aprender de la más cercana familia. Por ejemplo el abuelo Luis,porque un buen día, allá por el año 31 del pasado siglo soñó con que las ideas provenientes de la Ilustración y revolución francesas, aquellas de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, podían redimir aquél mundo de hambrunas y necesidades y, sin pensárselo dos veces fundó( con cuantísima bisoñez, Dios mío)el PSOE allá por mi querido Sabiote. Y por su inmensa generosidad,tan grande como su ingenuidad,acabó pagando con años de penal y su propia vida el haber conseguido que en nuestro pueblo no muriera nadie durante la incivil guerra, a pesar de las masacres de pobres inocentes de las cercanas Úbeda y Torreperogil.
La gran tragedia que arrastrada y callada en lo más profundo de nuestros genes, nos pide a día de hoy, por ej., salir a esta palestra pública para,aprovechando que el Guadalimar pasa por Sabiote,maldecir a todos los políticos trileros de la izquierda, tan capaces de traicionar la memoria y la muerte de los suyos a cambio de un cómodo sillón de incorporados masajes de miles de abyectos palmeros.
Así es que,contado lo contado, mientras resuenan en mi espalda las noticias de Israel y Ucrania, convendrán conmigo en que uno no pueda estar para desear a nadie las cosas imposibles que todos deseamos deseamos desearnos por estos días.
Y,con perdón,se me iba la olla por los cerros de Úbeda, pero es que, como les he contado, la propia historia personal pudiera tener la culpa de lo demediado y contracorriente con que uno suele circular por estas fechas.
El encuentro con mi querida Rosa, ya ven, ha desencadenado esta pequeño chorro de reflexiones,y porque leyendo además a Aristóteles,el que “consideraba a la demagogia o populismo como la causa principal del declive de Atenas. Y a la que definió como la forma o corrupta o degenerada de la democracia , consistente en que los políticos mediante concesiones a las peticiones y sentimientos primitivos de sus vasallos tratan de mantener su poder”… les recuerda la definición a algo que tiene relación con todas nuestras pesadillas hispanas?.
Y, por pensar y pensar, en esto y en tantas otras cosas como nos están pasando, uno, lamenta mucho el no poder comulgar con la euforia navideña imperante. Por ser un cenizo pensante, que le vamos a hacer…por la coherencia, esa que decía el chiquilicuatre que nos gobierna, el tan capaz de justificar la Maquiavélica desvergüenza de que el fin justifica los medios, como de admitir el que una mentira, puede interpretarse como un vulgar cambio de opinión sin que la cara pudiera caérsele en mil pedazos por la vergüenza soportada.
Todo se está jodiendo, Dr. Aranda, me dice un amigo fontanero tras comunicarle que me han robado en casa, mientras él me dice lo mismo de la suya, pero mientras no nos hagan pasar hambre, aguantaremos lo que podamos. Eso sí, pero como acaben subiendo el pan como el aceite,ya me he enterado donde está la Bastilla en los Madriles, por si tenemos que ir a decirles que se están pasando veinte pueblos, mientras ellos tienen los mejores coches, los mejores sueldos y las mejores palabras para seguir engañándonos, como si fuéramos tan ingenuos como sus votantes. Acaba diciéndome.
Ah…y feliz Navidad a todos aquellos que el buen Dios no les haya puesto los cepos mentales que decidió ponerle ya desde muy niño a este humilde servidor de todos Vdes.
Luis Manuel Aranda
Médico Otorrino y canoso cabreado
Huesca