“Nunca jamás en democracia se había facilitado a terroristas, filoterroristas, amigos de todos ellos y simpatizantes varios de los anteriores, el gobierno de una ciudad de la importancia de Pamplona”
Vamos a recordar permanentemente la ignominiosa participación del presidente del Gobierno en Estrasburgo hace muy pocos días y autoretratado voluntariamente como campeón de la indecencia y de la inmoralidad.
Sabe desde ahora mismo, gracias a su comparecencia para dar cuenta del semestre europeo, que no va a ser nunca cargo público en Europa, por veto directo en dicha sesión europea.
Si todo ello es un escándalo sin precedentes, pretendiendo hacer pasar una amnistía ilegal que descubre una democracia tercermundista e inexistente, junto a unos pactos abyectos con los enemigos de España, con referéndum, naciones y rebajas de deuda inasumibles , si todo ello es así, y no tiene nombre tanto desafuero y tanta desvergüenza, hay algo que añade aún más maldad.
Me refiero a lo ocurrido ayer en Pamplona. La entrega por parte del presidente del Gobierno de la ciudad como parte de los pactos ensangrentados y también ocultos que le permiten ser presidente de Gobierno, con el partido cuyo jefe es un terrorista condenado por secuestro y que lleva en sus listas electorales ensangrentadas asesinos y terroristas. Un pacto perverso, fraudulento y oculto al electorado el 23 J, lo que representa un engaño masivo y criminal a los españoles. Igual que la amnistía, de la que declaraba era inconstitucional.
Nunca jamás en democracia se había facilitado a terroristas, filoterroristas, amigos de todos ellos y simpatizantes varios de los anteriores, el gobierno de una ciudad de la importancia de Pamplona como capital de Navarra .
El presidente del Gobierno ha destapado como defender su manera de entender la política. No solo mentir, faltar a su palabra, pretender que el cambio de opinión justifica su mentira, sino ahora ya también desproveerse de cualquier mínimo resto de principios que pudiera aún tener , y dar la llave de Navarra a quienes han causado tanto horror y tragedia en España.
La inmoralidad es tan enorme, tan inimaginable en un presidente de Gobierno que ha sobrepasado todos los criterios racionales de lo que debe ser una democracia.
Una democracia se basa en el cumplimiento escrupuloso del estado de derecho y la división de poderes, que así mismo ha traspasado flagrantemente, pero también en las normas no escritas, los hábitos y contumbres y los modos . Todo ello es previo y condición trascendental para un demócrata y máxime en funciones de gobierno. Las normas básicas no escritas son fundamento indisoluble y anterior a cualquier ejercicio democrático del poder y entre ellas sobresale la moral . Hay que tener mínima moral y ha de ser preexistente a cualquier otra cosa. Sin ella no existe orden en la sociedad, y la persona queda ayuna de referencias esenciales. Quien no la tiene o quiere inventar una nueva – y ya no poderse llamar moral – carece de esas referencias y perjudica gravemente a la sociedad. Estamos en este problema nunca antes previsto.
Pactar con terroristas o sus herederos no es moral. Hacerlo significa sembrar el mal y el desorden y significa la indignidad como principio básico de actuación. Significa además el mayor desprecio e ignominia imaginable contra las personas y significa la destrucción de la búsqueda del bien.
El pacto para la entrega de Navarra es la sublimación del mal y es algo de lo que hay que dar inmediata cuenta a Europa . Ningún gobernante puede serlo en Europa si antes no tiene moral. Sin ella las normas básicas de la democracia son meras consignas solo para cumplir el expediente. Pamplona no puede ser la imagen europea del aval, del ejercicio y de la promoción satánica del poder, en contra del bien común y la concordia.
El presidente del Gobierno no tiene moral y no puede ser un presidente de Gobierno europeo y que haya podido presidir hasta dentro de unas horas Europa . Europa no puede consentir tal afrenta , tal desprestigio y tal incumplimiento de las normas básicas de la sociedad. Europa no puede consentir que un presidente de un país miembro ataque, vilipendie y se comporte de manera abyecta con las víctimas del terrorismo mientras legitima públicamente a quienes llevarán para siempre la losa de tantos crímenes cometidos, muchísimos de los cuales aún están por resolver.
Europa no puede permitirse un jefe de Gobierno de una nación miembro que pacte para acceder al gobierno y para sobrevivir en el, con un partido manchado de sangre y que obligado a cumplir, aunque voluntariamente, con las exigencias de ese partido para contar con sus indispensables votos, mancille la memoria de tantos españoles y del resto de Europa . Europa no pacta con terroristas, el jefe de Gobierno de España si. Europa esta obligada a condenar para siempre a un inmoral y traidor a los principios básicos de la sociedad, pues ello no permite a nadie acceder a un cargo honorable, digno y responsable.
Amalio de Marichalar
Artículo publicado en “La Razón”.