España es el único país de la Unión Europea en el que una parte importante del elenco parlamentario, incluido el Gobierno de España, están apostando con mayor o menor claridad por destruir a la nación española y a quién se dignifique demasiado con ella, y para ello, no tienen la menor duda en dilapidar la Constitución de 1978, recurriendo si es necesario al blanqueo desvergonzado de acciones inconstitucionales o de delincuentes. Sólo hay que tener dos dedos, para señalar que la Constitución está siendo muy atacada, y cuando eso ocurre, se impone la tiranía y el autoritarismo, escaseando también la pluralidad en las instituciones y los medios de comunicación.

El Gobierno extremista de Pedro Sánchez de la mano de los separatistas catalanes y vascos no cesa de otorgar cesiones estatales a las regiones de Cataluña y País Vasco, la última de la que se está hablando, es de la de transferirir la gestión integral del control de la inmigración a Cataluña, y así consta en documentos de Moncloa. Gestión que únicamente corresponde al Estado, sin embargo, Sánchez es plenamente consciente de que si quiere continuar en el poder con el Gobierno más débil de la historia de España, deberá cumplir en este tercer mandato todavía más con lo que ha prometido a los partidos secesionistas. Por lo tanto, en estos momentos al ejecutivo de Sánchez poco le importan los castellanos y leonenes o madrileños, porque prevelace satisfacer el interés de los secesionistas, y que no se equivoquen, no son los deseos de muchos catalanes ni de muchos vascos, algo que también lo podemos observar a través de diversas encuestas publicadas recientemente y que afirman que aquellos catalanes que abogan por la independencia de Cataluña no superan ya el 30%.

La amnistía es otra de las leyes inconstitucionales que este Gobierno está realizando en estos momentos, y va a beneficiar a golpistas, terroristas y corruptos catalanes que han cometido delitos desde 2011 en el denominado proceso rupturista de Cataluña. Es decir, es toda una bendición para un élite que ha delinquido y verá como se eliminan sus historiales delictivos, mientras la mayoría de la población reclusa no tendrá esa oportunidad, con lo que eso supone. Algunos de los beneficiados serán: Clan Pujol, Artur Mas, Laura Borràs, Oriol Junqueras y el prófugo Carles Puigdemont. Todos ellos han fracturado la sociedad española, han atacado al español, han vulnerado derechos y libertades de una inmensa mayoría de catalanes y además se han enriquecido de manera ilícita del erario público a costa del contribuyente. Pero como si fuera poco, todo esto es un ataque brutal al poder judicial por parte del Sanchismo, algo que no digo yo como periodista, sino que la mayoría de asociaciones judiciales españolas lo están confirmando, criticando y observando con mucha preocupación, porque se tumba la ley española y se criminaliza a la justicia española.

Otra de las exigencias que reclaman a Sánchez, los separatistas y proetarras, es un referéndum de independencia en Cataluña y País Vasco autorizado por el Gobierno socialcomunista, cuando esto también es totalmente inconstitucional, porque una decesión de estás características, corresponde al conjunto de los españoles y por lo tanto no pueden decidir sólo los catalanes y vascos. Así pues, es un no parar de incumplimientos intolerables de la Carta Magna, que pone de relieve a España como un país rendido frente a sus enemigos internos.

No cabe duda por tanto, que se está desmantelando el régimen del 78 ante la mirada atónita de todos los españoles, pero también de los observadores internacionales. Por ello, España está cambiando mucho y muy rápido, dificultando esto que la sociedad española reaccione con determinación y unidad ante el incumplimiento descarnante de la Constitución y la humillación del pueblo español, aún así, habrá reacción, porque este camino es destructivo para España y no tendrá éxito, ya que no tiene el apoyo popular. Es importante recordar también que España se ha visto envuelta en situaciones de conflicto interno similares en el pasado y las ha resuelto de forma pacífica o no, pero sin romperse como se pensaba, porque la nación española es mucho más fuerte de lo que parece.

Erik Encinas