Mi escrito será breve, al centrarse en un aspecto muy concreto relacionado con la preparación académica de nuestros jóvenes universitarios. Algo que puede coincidir con el pensamiento de otros muchos padres, testigos del esfuerzo y la dedicación de unos hijos comprometidos en su formación como alumnos de la Facultad de Derecho.

Compartiendo charla con mi hija, que cursa primero, me sorprende la exigencia de un aprendizaje básico que se remonta al Derecho antes de Cristo, al visigodo o al romano. En definitiva, al modo en que se han ido apuntalando los cimientos de lo que es la base de nuestro ordenamiento legal y nuestra sociedad.

Pero, ciñéndonos a la realidad cotidiana, vemos que todo lo que se pretende inculcar a nuestros jóvenes parece ciencia ficción. Éstos solo tienen que poner la televisión y ver que la Justicia en España, de la mano del intrusismo político de unos tuercebotas impresentables, nos convierte en el hazmerreír mundial y se pasa por el forro todos los fundamentos.

Nuestro Gobierno miserable, copado de vanidosos necesitados de poder y comunistas vividores, con el apoyo imprescindible de los separatistas chupasangres, pretende contaminar a la Justicia para transformarla en una mera herramienta servil de esos políticos sin principios que hoy gobiernan nuestro país. Su objetivo evidente es, por más que pretendan ocultarlo, controlar todo el Sistema Judicial y usarlo de un modo interesado y parcial para mantenerse en el poder.

Vergüenza les tendría que dar, viéndose mamporreros de un golpista que socava nuestra Justicia, al anteponer sus miserias egocéntricas y vanidosas por encima de los verdaderos intereses de España y su legalidad. Intentar hacernos creer que la amnistía, según los criterios interesados y sectarios del separatismo, es constitucional, además de un gran avance para la convivencia en Cataluña es, sencillamente, insultante.

Borja Dacalan