Son noventa días de rezo del Santo Rosario en Ferraz. Sin duda, nadie podría haber imaginado nunca lo que significa en estos tiempos de desarraigo y relativismo, pero también de temor a declarar tus convicciones religiosas, en esta hora de España.

España es tierra de María, y su manto nos arropa desde hace muchísimos siglos. Tenemos esa suerte, y ese privilegio, que hemos de saber custodiar como el más grande de los tesoros, hoy, y siempre. Ese tesoro, único y verdadero de ser testigos valientes de nuestra fe y de nuestra obligación de dar testimonio y de poder compartir.

El Santo Rosario se remonta al nacimiento del Avemaría en el siglo IX, en la orden de San Benito para honrar a la Madre de Dios y se reveló en la aparición de la Virgen a Santo Domingo de Guzmán en 1208, para perseverar en contra de los enemigos de la Fe .

En España ha estado, por tanto, presente desde entonces, esa constante honra y devoción a la Virgen, e incluso en época moderna, la Virgen le revela a San Antonio María Claret que en el Rosario está la salvación de España, y precisamente está presente en el Santuario del Inmaculado Corazón de María, en Ferraz, que es donde se custodia el Santo Cristo de Quintanar o del Consuelo, proveniente de la Capilla de los Marqueses de Quintanar y que según una tradición fidedigna habló a San Antonio María Claret mientras oraba devotamente ante ella.

La Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad, la Virgen de la Inmaculada, Patrona de España y tantas advocaciones marianas en todos los puntos cardinales de nuestra patria, son la razón del rezo del Rosario tan arraigado en España y que el propio San Antonio María Claret veneraba, siendo impulsor del culto al Inmaculado Corazón de María anticipándose a las Apariciones de Fátima de 1917. La Virgen le había dicho: “Promueve el Santo Rosario, tú serás el Domingo de estos tiempos…”.

El gran Papa, San Juan Pablo II, añadió los Misterios Luminosos en 2002, y en palabras del Papa Pablo VI , dice que “el Rosario es la síntesis de todo el Evangelio”, y ser por tanto, la oración que rinde el culto más especial de la Iglesia a la Virgen Santísima.

Pues bien, es allí mismo , en este Santuario de Ferraz donde cumplimos tres meses, noventa días ininterrumpidos de rezo del Rosario para la salvación de España y del mundo dirigido por José Andrés Calderón, al que mucho hemos de agradecer por invitarnos a todos a rezar a la Santísima Virgen, y por su intercesión a Jesucristo nuestro Señor. Si Iglesia somos todos, este es un ejemplo intachable, y además como diría nuestra gran doctora de la Iglesia, Santa Teresa, a Dios rogando y con el mazo dando…

He de decir que me parece un auténtico milagro estar ya tres meses seguidos en el Santuario de Ferraz, a la intemperie, con lluvia, aguanieve y frío, pero con una Fe que se respira admirable, y común a personas de cualquier procedencia y lugar, que espontáneamente se unen en este rezo por la recuperación de nuestras creencias, a veces dormidas, ante tal ataque inmisericorde y furibundo que vivimos desde hace mucho, para horadar y minar nuestros fundamentos cristianos, de la familia y de la dignidad de la persona.

No en balde, España es principal actor en la expansión del catolicismo en el mundo y nuestra religión ha vertebrado a su vez nuestra nación desde la llegada de nuestro Patrón, el Apóstol Santiago, a España, en el año 33 d.C. , y tras recibir la visita de la Virgen a su paso por Zaragoza, presentándose la Madre de Jesús al Apóstol sobre un pilar. No se entendería España sin las raíces imperecederas de nuestra Fe católica – aquellas a las que apelaba San Juan Pablo II en su memorable viaje a Santiago en 1982, para que Europa fuera ella misma, avivando sus raíces cristianas -, y ello además, ha permitido la evangelización en Hispanoamérica y otros muchos lugares más del mundo, donde pudo florecer inmediatamente el respeto y la dignidad de la persona, los principios de los derechos humanos y la igualdad de todos. Con todo ello, ser España, junto al crisol de la herencia grecorromana, principal actor en los avances más importantes de la humanidad y siendo nuestra cultura y raíz religiosa el fundamento esencial de la civilización cristiana y occidental.

Ferraz representa ese hecho incontestable, sacudiendo conciencias, perdiendo la vergüenza y reivindicando con absoluta ecuanimidad y respeto nuestra posición, para profesar en libertad nuestra Fe y dar testimonio de la verdad revelada y de nuestra responsabilidad evangelizadora. Ferraz supone ejercer, sin imponer nada a nadie, pero sin complejos, nuestra religión y con ello poder pedir por las necesidades de todas las personas.

Ferraz supone tres meses de unión en la Fe para que España recupere su ser religioso y su alma. Pero Ferraz es además algo esencial. Es el reencuentro entre todos en la Fe y una sacudida de conciencias sin precedentes… un contagio a pueblos y ciudades de toda España y un caudal de Fe que milagrosamente ha traspasado nuestras fronteras y está ya presente en muchas naciones del mundo.

Ferraz es gracias a José Andrés Calderón y a su familia, remanso de paz, dignidad y respeto a todos , creyentes y no creyentes, unidos en la plegaria a la Santísima Virgen María, unidos en el amor al prójimo y en el despertar de nuestras obligaciones como cristianos. Ferraz es el aldabonazo a nuestras almas, el susurro que llama a un mandato inequívoco a nuestras conciencias, en bien de la salvación de España y del mundo .

Ferraz es la emoción inexplicable y profunda que nos transmite Nuestra Señora, rezando Su Rosario, que nos acoge a todos por igual bajo Su manto. Ferraz es el deseo, la llama, la ilusión, el impulso que impregna nuestros corazones, deseando que llegue la hora, para acudir un día más… Gracias, muchas gracias, de corazón, José Andrés, de este pecador y español de a pie.

Amalio de Marichalar

Artículo publicado en “ElCatalán”