¿Si fueses Ábalos que habrías hecho?

El último episodio de corrupción desbocada, como es costumbre por parte del partido que acumula la mayoría de casos que ensucian la imagen de la política española, vuelve a definir la noticia de mayor repercusión en la vida sociopolítica nacional. Incluso, la imagen internacional que traslada el comportamiento denigrante de vinculados a la marca de Ferraz, deja un poso de duda que cuestiona la seriedad de nuestra clase política.

El abuso ante situaciones como la que manifiesta este nuevo caso, al que no sabemos si citar como Koldo, Ábalos, Francina o, ya veremos hasta donde llegamos en el seno del PSOE, pone en jaque un partido que está muy cuestionado por su política de pactos con terroristas y golpistas. Un PSOE que, ahora, se ve señalado por una corrupción que aprovechaba para su lucro personal un tiempo en el que España sufría con las muertes y los rigores de la pandemia de COVID.

Para nuestros participantes en la encuesta, con 2/3 de los votos al ponerse en la piel del exministro implicado, lo oportuno hubiese sido abandonar el sillón en el Congreso y, a la par, desenmascarar todo el entramado que hay detrás de la corrupción socialista. Algo que le catalogaría de valiente, pero también sería un suicidio en la política. No confiemos en tal opción, que tendría una clara lectura de traición, puesto que es del todo improbable.

Poco menos del tercio restante haría lo que ha decidido el que fuese titular de un Ministerio, es decir, seguir viviendo de los miles de euros vinculados al acta como diputado y tragar con lo que le venga tras su decisión de reubicarse en el Grupo que compartirá con los podemitas.

Solo un tímido porcentaje minoritario considera que elegiría la posibilidad de arrodillarse y ser sumiso al amo del partido, o al capo, si queremos ser más certeros dada la temática.