No hay posibilidad de encontrar en los anales de nuestra historia y de la historia europea una situación tan abyecta e indigna como la que ayer ha protagonizado el presidente del Gobierno en el Congreso.
Un presidente del Gobierno que vende a España a cambio de siete votos, además de otros ya acordados a cambio de ser cómplice de la existencia de listas ensangrentadas terroristas y volviendo a lo de ayer, comprando así corruptamente su silla.
La aprobación de una ley de amnistía que es inconstitucional y que atenta directamente contra la independencia judicial y por tanta contra la separación de poderes, el Estado de derecho, la Constitución y la democracia.
Una ley que acaba con la igualdad de todos los españoles, con las leyes que protegían a todos , con las sentencias por sedición que condenaron a los que quisieron dar un golpe de estado, con los mismos jueces que condenaron esos gravísimos delitos ahora expuestos y señalados en el mismo Congreso, y denunciados por decir que actuaban al mandato político y apoyado todo ello por el presidente del Gobierno. Un gobierno que actuó contra la democracia y unas Cortes que aplicaron el 155 de la Constitución ilegalmente, así como la propia Constitución que jamás debió proclamar dicho artículo.
Además, supone que el discurso de SM el Rey parando ese golpe de estado no fue legítimo ni admisible y que España entró en Europa fraudulentamente con leyes y jueces no democráticos, que nunca debieron existir en un estado democrático.
Una ley pactada por el jefe del Gobierno con un prófugo de la justicia, a su dictado diario, y un mediador internacional en el extranjero, experto en guerrillas narco y con emisarios secretos. ¿Alguien imagina al presidente de Francia serlo a cambio de votos de un partido cuyo jefe es un terrorista, con responsabilidad de mil asesinados franceses, y de votos de unos partidos que dieron un golpe de estado a Francia y uno de ellos está huido de la justicia de Francia y es quien dicta al presidente de Francia todos los delitos que han de amnistiarse para salir incólume de su golpe de estado, mientras promete volver a independizarse de Francia con un referéndum?
¿Alguien imagina esto mismo que lo hicieran los primeros ministros de Portugal, Alemania, Gran Bretaña, Italia, para “comprar“ su puesto de primer ministro? ¿Alguien imagina en Europa organizar complejos problemas diplomáticos y que le llamen la atención desde Francia por utilizar un problema muy delicado en el cercano oriente como escudo a su corrupción?
El martes estuve en el Senado entregando en presidencia a la Directora de Asuntos Jurídicos y a la Asesora del Gabinete del Presidente, en nombre de “De español a español por la Constitución“, y en representación de veintiséis asociaciones de la sociedad civil de toda España, un documento inapelable en contra de la amnistía, al que se ha suscrito la Asociación Española de Mujeres Juristas, adhiriéndonos, así mismo, a la Declaración de Barcelona de cinco mil quinientos jueces, fiscales, otros juristas, asociaciones, y a los informes inapelables del Senado y del CGPJ, en contra de la ley de amnistía.
Así mismo, entregué 556 firmas manuscritas de españoles de a pie de todas las ideas suscribiendo también dicho documento contra la amnistía y que se manifiestan, nos manifestamos, diariamente en la calle Ferraz de Madrid -el martes eran 208 días consecutivos -, en contra de dicha ley y a favor de la independencia judicial, la división de poderes, el estado de derecho, la igualdad de los españoles, la unidad de España, la libertad de medios y expresión, la constitución, la libertad y la democracia.
Una demostración única del “we the people“ a diario, y pionera en Europa en defensa de los fundamentos, principios y valores trascendentales de la democracia, desde la base más sencilla del pueblo español, desde los ciudadanos de a pie de cualquier procedencia y pensamiento.
Todo lo anterior, junto a las tres manifestaciones históricas en Cibeles, sin precedentes en democracia, organizadas por más de cien asociaciones de la sociedad civil de toda España, en poco más de un año, es algo jamás visto en España y en toda Europa reuniendo el clamor unánime del pueblo en defensa de la democracia.
Jamás España ha sufrido el ataque de la ignominia y de la traición más abyecta…. y ríanse… del mismísimo presidente del Gobierno.
Una traición que encierra un golpe de estado criminal encabezado y así le acusó directamente por el presidente del Gobierno. El mismo que cesaba ministros por tener una sociedad oculta o no cumplía exigencia de transparencia y que impuso un código de regeneración democrática y que empezó por plagiar su tesis y ahora estar rodeado de una corrupción lacerante, día a día, cada vez más asfixiante. El mismo que declaraba inconstitucional la amnistía horas antes de las elecciones del pasado julio.
Esto, toda la asfixiante corrupción, le afecta a él directamente y a la mitad de su Gobierno. Algo inimaginable en Europa. Imposible soportar un primer ministro acusado de traición a España y de corrupción plena.
Ayer estuve en el Congreso desde las nueve y diez de la mañana. Había quedado con unos amigos de los que nos manifestamos diariamente en Ferraz, – ayer 210 días consecutivos-, en contra de la ley de amnistía y en defensa de la independencia judicial.
Me planté en frente del Congreso en la acera, por donde subían y bajaban personas y estando abierta sin valla alguna. Por unos segundos me quedo parado mirando al Congreso, y todo normal. Tras ello saco mi bandera española con ánimo de grabar un vídeo para denunciar la ignominia que estaba cerca de producirse. Súbitamente cuando empiezo mi grabación me veo rodeado de tres o cuatro policías que sin mediar palabra me conminan a no poder estar allí. Les digo que esta la acera abierta y que puedo estar allí, y me repiten que no puedo estar allí. Sigo grabando y sufro el primer empujón y desplazamiento.
Miro hacia atrás pues estaba con el teléfono enfocándome de cara al Congreso y la policía sin contemplación alguna sigue diciendo que no puedo estar allí y sigue acosando y empujando hasta indicarme un nuevo espacio para estar, diez metros hacia la plaza y por cuestiones de seguridad para la policía según explicaban. Hago el desplazamiento y nuevamente grabo pero de nuevo me acosan y violentan, y me siguen desplazando tocándome y empujándome. Avanzo a trancas y barrancas desplazado físicamente por la policía mientras les digo que me habían desplazado previamente a un espacio anterior más próximo a la acera en frente del Congreso, impuesto por ellos, y sin mediar explicaciones de por qué tampoco valía el lugar previamente exigido siguen los empujones y amenaza psicológica y física, sin contemplaciones, hasta por fin lograr no ser acosado más ni desplazado más físicamente. Dos vídeos lo demuestran.
No describiría esta escena de no ser por la gravedad más absoluta que supone en una democracia impidiendo la libertad de movimiento de las personas, la libre estancia en una acera abierta y que la libre expresión no pudiera oírse cerca de donde estaban instalados un enjambre de periodistas, recién comenzada la sesión para la aprobación de la ley de amnistía. Acompaño vídeos probatorios de estos hechos que no son imaginables hayan podido producirse en una democracia europea. Prueba, con hechos, de acoso violento físico y psíquico a las personas, impidiendo sin contemplación su libertad y así mismo de la tiranía y dictadura en la que desde ayer ha entrado España, tras la traición y consumación de un golpe de Estado protagonizado por el presidente del Gobierno, habiendo atacado delictiva y directamente los preceptos de nuestra Constitución.
Amalio de Marichalar
Artículo publicaco en “ElCatalán”