Hace días, viendo la Guerra de Israel-Gaza, he parado a pensar cómo funciona por dentro la sociedad judía, por el argumento de que Israel es la democracia de Oriente Medio. Y desde la naturaleza conceptual, cómo puede funcionar la democracia de dicha sociedad.

Esto creo que serviría para ver si España podría desarrollarse o no. Y dentro de las comparativas de dentro de la sociedad judía (sin caer en sionismos o antisemitismos) desde el más puro análisis personal con los hechos empíricos.

El funcionamiento de la sociedad judía internamente es diferente al funcionamiento de la sociedad española. Y explico: En Israel hay como una voluntad real de mantener a la nación que consiguieron en 1948 tras el holocausto de en la Segunda Guerra Mundial. Hay que pensar que externamente la sociedad judía ha sufrido discriminación social y persecución tras la diáspora que mandó el emperador Adriano en 135 d.C. tras las guerras Judeo-Romanas.

Tras eso, se creó la provincia romana de los filisteos (Palestina) desde aquél entonces hasta la cesión británica, a la creación del Estado de Israel.

El pueblo judío ha sido muy disciplinado en los negocios y en especial en la banca de crédito. Eso ha creado rechazos sociales durante la historia. Y no voy a entrar en detalles pero la opinión histórica sobre los judíos dispersos por Europa, va desde Finisterre hasta los Urales.

Otro punto a tener en cuenta de la sociedad judía es el componente religioso-étnico. “Todo judío es judío por ser hijo de mujer judía”, eso crea lazos más fuertes que el nacionalismo cultural o histórico. Muchos judíos ateos se definen como judíos, aún que no sigan la Torah. No es mayoritario pero si bastante común.

Por eso podemos ver tanto a Judíos Ortodoxos, cómo a judíos perteneciente al lobby LGTBI, unidos defendiendo el territorio de Israel y considerando cualquier cesión a los palestinos, como alta traición, como fue el caso de Yitzhak Rabin.

Yitzhak Rabin, fue el Primer Ministro de Israel que en 1993 negoció con Yasir Arafat una pacificación de la zona, reconociendo la Autoridad Palestina en los acuerdos de Oslo.

Esto hizo que un extremista judío, lo asesinara el 4 de noviembre de 1995.

Para la sociedad judía de Israel es tan fundamental el mantenimiento de la llamada Tierra Prometida, que en las consecuentes elecciones, el Partido Laborista de Israel de Yitzhak Rabin fue disolviéndose, mientras que el Likud de carácter ultraconservador, de Benjamín Netanyahu ha ha sido reelegido consecutivas veces en la nación hebrea desde el 1995.

Por otro lado, el pueblo judío dentro de su cultura, le da mucho valor el intelecto por tanto saben rodearse gente que por su excelencia intelectual les puede aportar valor, sin que ellos se mezclen intrafamiliarmente. Esto hace que haya una paz interna social propensa a un funcionamiento democrático.

Además como dije antes el pueblo judío tiene un gran amor a la cultura y la investigación a la que podemos ver creaciones empresariales y técnicas, cosa que aquí en España se premia al mediocre, al parásito y al traidor.

Ahora empecemos con la sociedad española, comparando estos puntos básicos sobre el funcionamiento interno de los judíos, con nuestra sociedad.

En España se es español, por “Ius Sanguinis (hijo hijo de padre o madre españoles)” o “Ius Solis (nacido en el territorio)” pudiendo además adquirirse la nacionalidad cumpliéndose unos estándares legales, evidentemente cambiantes según la orientación gubernamental.

Desgraciadamente la ética moral y democrática que comporta esta concepción hace mucho mas difícil la cohesión social. La grandeza de estos principios democráticos y liberales comporta así mismo su antítesis asocial conllevando su abuso por aquellos (no pocos) que se aprovechan en único beneficio en parásitos sociales y delincuentes enmascarados de solidaridad.

La tónica generalizada de los gobiernos españoles ha venido siendo el reparto de dinero público a diferentes entidades sin tener en cuenta que sus fines iban a derivar en actividades antiespañolas. ¿Como se puede ser tan suicida? Y el actual gobierno traidor de Sánchez ha dinamitado todos los pilares de una democracia.

La corrupción actual sistemática que sufre España, no podría sostenerse en un estado como el isrealí. Los principios morales mas básicos de la sociedad están siendo traicionados, utilizados por los grupos políticos que diciendo que hacen el bien, el resultado es fatídico. Por ejemplo alegando la igualdad de sexo se fomenta la desigualdad y la división social.

Víctor Milà