In Memoriam.
De mi querido maestro y amigo del alma el Dr. I.F q.e.p.d, el que tras largo tiempo formándose en Suiza ,volvió a Barcelona hace años con una envidiable formación quirúrgica y comenzó a trabajar con Sociedades médicas, tras instalar su consulta en una céntrica calle de allá, pero que, teniendo unos gastos que no tenían proporción con sus magros ingresos ,todos los años por junio y casi con lágrimas en el alma, tenía que pedir socorro a su pobre madre pensionista y viuda para pagar a Hacienda.
Cuesta creerlo ¿verdad?, pero constituye la lastimosa y puñetera verdad de la realidad de cada día en nuestras consultas atendiendo a las Sociedades médicas, con sus baremos servidos desde la noche de los tiempos como si de platos de lentejas se tratasen, ya saben.
Pero aunque cueste ceeerlo, así hemos aguantado durante años y años, convencidos de nuestro deber y hasta patriotismo, porque sobreponiendo nuestra ética profesional al vil metal, a pesar de los pesares, hemos encontrado un salario emocional allá donde cualquier mente mercantilizada podía no ver nada.
Y, porque de eso están sobradamente convencidas las Sociedades médicas, han venido abusando tanto de su intermediación como de su preponderante papel, “contratándonos, a veces, hasta sin contrato” y abusando del mayor o menor prestigio de nuestro buen nombre para formar sus cuadros médicos, incluso a cambio de nada.
¿Se imaginan a un futbolista fichado y puesto en el banquillo a cambio de nada?.¿Alguien puede entender tal abuso?.
Pues así y calladamente durante años y años hemos ejercido. Nosotros, los médicos, mucho más pendientes de curar y auxiliar a los demás que de luchar contra los mil abusos circundantes. Incluso contra algunos de nuestros propios Colegios de Médicos,abogando por la Sanidad Pública en un ofensivo y auténtico partidismo tan sectario como alejado de su mandato Estatutario de libertad.
Como si la opción de elegir tanto una Sanidad como un ejercicio profesional sanitario no fuera un derecho tan legítimo, como Estatutario y hasta Constitucional.
Por eso ahora salen estas palabras con todo el furor de un converso al ver en su periódico digital de Albacete la denuncia a un médico que dicen se reserva el derecho de tener una doble agenda de trabajo, según sean privados o de Sociedades médicas.
Yo, de nunca lo he hecho, pero entiendo y respeto profundamente su libertad de trabajo. Jamás usaría o dejaría caer ese tufillo periodístico que dejan caer ,como de “médico verdugo”nada piadoso ni solidario.
¿Acaso no respetan el que cada cuál, guardando las preceptivas normas de ética y saber hacer, no mezcle las suficientes capas de arena con las de cal necesarias para que la argamasa de sus cimientos y su casa sean lo más estables precisos?
Ay, la prensa, siempre dando lecciones de Caballería, sin intentar siquiera analizar como funcionan los molinos de viento de nuestras consultas privadas…acaso saben lo que pasaría con el caos sanitario si todos decidiéramos cerrarlas?.
Una denuncia WOKE, sin duda, y más pendiente de subirse al carro de la demagogia imperante, de lo políticamente correcto, que al análisis de la realidad.
¿Acaso Vdes., como medio dependiente tanto de la publicidad pública como de la privada, no conceden un lugar más preeminente, sobresaliente o distinguido a todo aquél que prefiere distinguirse o no quedar en el cajçon de las escritos pendientes, para cuando haya tiempo y espacio?
No nos caigan en la infantil negación de la evidencia, que para eso sobran ya los políticos.
¿Tan difícil es entender lo que está pasando?
Puñetero país este, siempre con su sempiterna hemianopsia, y siempre presto a ver la paja en el ojo ajeno y no lo otro, ya saben.
POSDATA…si ENTUSIASMO, etimológicamente hablando significa “llenarse de Dios”, nosotros, los médicos de “la medicina de la privada”, los médicos descalzos y sin el amparo de nadie y los de las C.C tan llenas de agujeros por culpa de todo lo antedicho, ahora, mediante este juguete de factorías UNIPROMEL que la intuición, el valor y el acierto que el Dr. Guerrero ha sabido crear, estamos esperanzados de poder luchar, al fin, contra Goliat.
Y, hasta con un aliento de esperanza.
Luis Manuel Aranda
Médico Otorrino. Huesca
De la Sociedad española de médicos escritores