La gran ciudad de San Francisco conoce su fatal futuro porque tiene la Falla de San Andrés que tras varios tremendos temblores de advertencia en el último siglo, amenaza cada día con hundirla en el Pacífico. Y ningún ser humano puede impedirlo.

La bella e histórica Venecia, en Italia, se hunde lentamente en la laguna con todos sus tesoros artísticos. y ningún ser humano puede impedirlo.

Los habitantes de Pompeya, también en Italia, miran recelosos al Vesubio que amenaza con volver a sepultarlos en otra erupción. Y ningún ser humano podrá impedirlo.

Pero la enorme e industriosa ciudad de Hong Kong será inexorablemente sometida por el régimen comunista chino, y se extinguirá víctima de la nefasta gestión del Imperio Británico. Los políticos lo hicieron y solo las personas pueden impedirlo.

También por la mala gestión de los políticos que no han sabido meter en cintura el fanatismo de unos pocos “iluminados”, Cataluña corre el riesgo de hundirse en la ciénaga de la Historia como ejemplo de esa misma mala gestión. Ella no sufre ningún fenómeno natural y puesto que sabe que los que dicen amarla son precisamente los que la están destruyendo, se rebelará como Hong Kong ante la imposición ajena al orden natural e impuesto por intereses espurios.

Yo nací en una Cataluña trabajadora, alegre y esforzada, con la satisfacción de ser la región de mayor crecimiento en España y destacada en Europa. Ahora, la evidencia de las estadísticas, me obliga a aceptar que por una pésima gestión de malos políticos que solo buscan su beneficio personal, ha pasado a ocupar una triste posición mediocre que, pese a recibir más ayudas que las otras dieciséis autonomías españolas, está decreciendo en su PIB y ya no capta ni una sombra de la inversión exterior que alguna vez captó. Las empresas desubicadas no han vuelto a nuestra tierra aunque lo nieguen los políticos engañadores.

Si los catalanes no ponemos “pie en pared”, los fanáticos nacionalistas hundirán esta maravillosa tierra malbaratando el esfuerzo que tantos millones de catalanes han hecho a lo largo de su fecunda y dilatada historia, y nos enfrentarán en su debacle cainita.

Los que sentimos Cataluña como parte esencial de España, tenemos el deber moral de acudir el día 12 de octubre al Paseo de Gracia, como demostración de nuestra convicción en la fuerza identitaria de Cataluña en el conjunto de nuestra amada España.

Cataluña siempre fue en esa integridad líder y promotora industrial, artística, científica e incluso promotora de la hispanidad al otro lado del Atlántico. Y así debe seguir siendo.

¡Todos al Paseo de Gracia el día 12 de octubre a las 11 de la mañana!
¡Por una Cataluña libre de ataduras fanáticas!

Xavier Codorníu
Comité organizador del 12-O en Barcelona 2019.