Ayer circulaba la noticia, no sé el grado de fiabilidad que darle a la misma, de que nuestro impresentable gobierno seguía en su afán de ir destrozando España y, en esta ocasión, era abriendo un frente muy sensible y sentimental como es el del deporte.

Parece que la representación del deporte español también está en riesgo, como equipo único que represente de forma integrada a todos los deportistas españoles. El apoyo vasco a los presupuestos y a las ideas de bombero de los incendiarios de la coalición de ultraizquierda separatista, tendría como recompensa la posibilidad de que el fútbol vasco tuviese reconocimiento internacional.

Quiero pensar que no va en serio. El melón que se abriría con esta cesión inconstitucional es incalculable, previendo el eco que dicha medida tendría en otros territorios. Con este rumbo, a los socialistas habrá que considerarlos fuera del lote de partidos constitucionalistas, donde ya no cuentan desde hace tiempo sus socios de Podemos y separatistas varios.

Más allá del deseable efecto electoral que penalice una decisión así, aunque ya no espero mucho de la gente si es capaz de seguir valorando positivamente a los que tenemos en el Gobierno tras lo que estamos viviendo, prefiero pensar que es un globo sonda o, sencillamente, papel mojado de antemano con más mentiras de Sánchez.

De ser algo pactado y bendecido, no puedo predecir reacciones de los que nos sentimos agraviados ante tanto destrozo de la identidad nacional, al jugar con la imagen de España en el mundo y la notoriedad de nuestro deporte. La gota que colmaría un vaso que ya ha soportado demasiadas cesiones y concesiones.

Javier Megino – Vicepresidente de Espanya i Catalans